El intendente de Baradero, Esteban Sanzio, vuelve a quedar bajo el foco por una maniobra que expone —una vez más— la falta de transparencia, la improvisación y la utilización del Estado municipal como si fuera un bien transable a discreción. Esta vez, el escándalo gira en torno a la venta de un terreno municipal ubicado detrás del CIC, un predio estratégico que el Ejecutivo intentó desprenderse a un valor muy por debajo del mercado y en un trámite exprés que la oposición no duda en calificar como irregular y un negociado a cielo abierto.
La denuncia la hizo el concejal suplente de Hechos, Sebastián Liaudat, quien relató que el proyecto fue introducido “por la ventana” en la última sesión ordinaria y que el valor fijado por el Banco Provincia es irrisorio respecto del precio real de la zona. Según explicó en medios locales, Sanzio impulsa una venta sin licitación pública, con un trámite acelerado y con un interesado ya identificado en el expediente: Fortese. Para la oposición, este solo dato confirma la sospecha de direccionamiento.
El terreno, los números y el intento de liquidación exprés
Los datos concretos del predio terminaron de encender todas las alarmas. Se trata de un lote municipal ubicado en calle 4 de Febrero, entre Maipú y Ruta 41, detrás del CIC, con una superficie de 8.492 metros cuadrados y una valuación oficial de 159 millones de pesos realizada por el Banco Provincia. La comparación con el mercado local es contundente: a pocos metros de allí, un terreno de 300 metros cuadrados se cotiza en torno a 25 mil dólares, lo que equivale a unos 36 millones de pesos. Tomando esa referencia, el terreno municipal —casi treinta veces más grande— debería valer alrededor de 700 mil dólares, aproximadamente mil millones de pesos. La valuación oficial representa apenas una fracción de ese monto.
Este desfase entre el valor real y el valor asignado alimenta la sospecha central planteada por Liaudat, quien advirtió que el negociado está en el precio. La normativa vigente exige que la venta de bienes municipales se realice mediante licitación pública, garantizando transparencia, competencia y control. Sin embargo, el expediente impulsado por el Ejecutivo avanza sin licitación, sin tasaciones independientes y sin estudios de mercado que permitan justificar el valor.
La maniobra se vuelve más cuestionable aún por la urgencia del Ejecutivo para aprobar la operación. El oficialismo convocó una sesión extraordinaria para el martes 9 de diciembre, en la que incluso participarían concejales que dejarían sus bancas horas después. La intención evidente era aprobar la venta antes del recambio legislativo y con un Concejo saliente más dócil y alineado a los intereses del intendente.
El apuro como método de gestión
El caso expone nuevamente una forma de gobernar caracterizada por la falta de planificación, la improvisación y el avance unilateral sobre decisiones que comprometen patrimonio público. La venta exprés del terreno detrás del CIC se convierte así en un símbolo de una administración que prioriza la urgencia política antes que la transparencia, la discusión y el debido proceso. Desde sectores vecinales, además, surgieron alternativas más razonables que el Ejecutivo ni siquiera consideró. Algunos propusieron vender el terreno al valor real de mercado para que el Municipio obtenga beneficios concretos. Otros plantearon que, si se insiste en venderlo por 159 millones de pesos, debería lotearse y ofrecerse a familias de Baradero con necesidad habitacional en lugar de entregarlo a privados con vínculos políticos.
El martes, la sesión cayó: Sanzio no consiguió los votos
Lo que parecía encaminado a convertirse en un trámite veloz terminó en un revés político para Sanzio. La sesión extraordinaria prevista para este martes a las 11 de la mañana finalmente no logró reunir el quórum necesario para funcionar. El encuentro legislativo no pudo concretarse y la operación quedó caída, al menos por el momento.
Todos los concejales del oficialismo se presentaron. Quienes no lo hicieron fueron Silvana Sosa, Mariela Greco, Nicolás Natalicchio, Rodolfo Lacabanne, Marcelo Daubian, Karen Copello, Juan Pablo Solari, Romina Fernández y Emmanuel Marega. La sorpresa llegó con los dos opositores que sí acompañaron al oficialismo para intentar habilitar la sesión: Giuliano Pelorosso, en su rol de presidente del Concejo, y Gastón Mussante, concejal de la UCR que desde el viernes pasado se encuentra alineado a las instrucciones del intendente.
La ausencia de los restantes ediles opositores impidió que Sanzio concretara la maniobra. Esa caída del quórum expone no solo la resistencia política en el Concejo, sino también el desgaste creciente de un intendente que ya no logra imponer su agenda ni siquiera en "situaciones exprés".
Ahora la decisión queda en manos del nuevo Concejo
Con el fracaso de la sesión extraordinaria, la discusión sobre la venta del terreno municipal pasará al nuevo Concejo Deliberante que asume funciones a partir de este miércoles 10 de diciembre. La composición política será distinta, así como las correlaciones de fuerza. El Ejecutivo pierde así la posibilidad de intentar aprobar la operación con un cuerpo legislativo saliente más permeable.
El episodio, lejos de cerrarse, abre un capítulo más complejo. La presión pública ya se instaló y la sospecha de direccionamiento, subvaluación y urgencia injustificada persigue a Sanzio, que otra vez queda asociado a decisiones poco transparentes y a negociaciones que no priorizan el interés de la comunidad.