La diputada nacional Agustina Propato presentó un proyecto de ley en el Congreso que busca declarar a las centrales nucleares argentinas como “infraestructura crítica y objetivos de valor estratégico para la Defensa Nacional”. La iniciativa abre un debate de fondo: en un contexto de privatizaciones, recortes y desfinanciamiento sobre la defensa del patrimonio estratégico del país.
Un proyecto contra la enajenación
El texto legislativo apunta a proteger a Atucha I, Atucha II, Embalse y a futuras centrales nucleares, calificándolas como indispensables para los intereses energéticos y la seguridad de la Nación. Entre sus disposiciones, establece que solo podrán ser operadas por empresas estatales y que la participación extranjera requerirá autorización expresa del Congreso.
Además, prohíbe la venta, cesión o utilización de estas plantas como garantía financiera, declarándolas inalienables. “Las centrales nucleares no pueden ser enajenadas ni ser garantía de operaciones financieras de ningún tipo, dado su carácter de esenciales para el desarrollo y la seguridad de la Nación”, sostuvo Propato.
El contraste con la política oficial
Mientras en el Congreso se intenta blindar la soberanía nuclear, el gobierno de Javier Milei avanza en sentido contrario, según señalan las críticas más duras. El sector viene denunciando:
Estas decisiones, advierten especialistas y legisladores, ponen en riesgo no solo el desarrollo nuclear, sino también la seguridad operativa y la soberanía energética.
Geopolítica nuclear
El debate excede las fronteras nacionales. La guerra en Ucrania demostró la vulnerabilidad de las centrales nucleares como objetivos militares, con el caso de Zaporiyia como emblema. Incluso Rafael Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), advirtió sobre el riesgo de que estas instalaciones se conviertan en botín de guerra.
En este marco, el proyecto de Propato busca instalar una mirada estratégica: lo nuclear no es solo una fuente de energía, sino un activo geopolítico que ubica a la Argentina en un reducido grupo de países con capacidad tecnológica autónoma.