El mate es un gran compañero en la mayoría de los hogares argentinos, más aún con un invierno que se recrudece más y más. Sin embargo, muchos desconocen las propiedades positivas para el cuerpo que tiene la infusión tradicional en el país.
Además de ser una bebida cálida, su combinación natural de compuestos nutricionales la convierte en una aliada clave para atravesar los días más fríos. La yerba mate contiene una mezcla de antioxidantes y micronutrientes esenciales para el funcionamiento del cuerpo durante el invierno.
El efecto energizante del mate cobra protagonismo cuando se repasan sus propiedades positivas. Sin embargo, no es la única ni la más importante: estimula el metabolismo, favorece la quema de grasas y ofrece una energía sostenida sin necesidad de calorías adicionales.
Además, el consumo habitual de yerba mate puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es que su aporte antioxidante colabora en evitar la acumulación de grasa en las arterias, ayudando a proteger la salud del corazón.
En síntesis, entre los beneficios añadidos de beber este té se encuentran sus propiedades antimicrobianas, el apoyo a la pérdida de peso y la disminución del azúcar en sangre, así como la reducción de los niveles de colesterol, el riesgo de cardiopatías y la inflamación crónica.
El mate también aporta un calor que puede ayudar a regular la sensación de frío. No reemplaza al abrigo, pero suma como estímulo físico térmico inmediato.