Desde la UATRE señalaron que mientras las patronales reclaman por baja de retenciones, en junio ofrecieron un 0% de aumento a los trabajadores. El mismo sector que se queja de la presión fiscal es el que propone congelar los sueldos de quienes se levantan a las 4 de la mañana para ordeñar, levantar las cosechas, sembrar o cargar camiones.
El reclamo no es nuevo. Desde hace semanas, hay protestas en distintos puntos del país, al costado de las rutas, visibilizando el estancamiento de las negociaciones paritarias y la ausencia sistemática de las cámaras empresariales en la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA).
A pesar de que el Gobierno nacional eliminó las retenciones en la lechería y en la actividad porcina, y redujo 20 puntos porcentuales en otros sectores del agro, los trabajadores rurales siguen cobrando salarios de miseria y enfrentando condiciones laborales indignas. La mejora en la rentabilidad del sector no se traduce en una mejora para quienes hacen posible esa producción.
Frente a esa realidad, hubo una recomposición salarial para el peón general permanente: $681.000 de bolsillo en julio y $705.000 en agosto.
“La recomposición fue producto de la lucha de nuestros compañeros y compañeras, pero aún estamos lejos de un salario justo”, expresó Natalia Sánchez Jauregui, Secretaria de Organización de UATRE. Y agregó: “Estos montos siguen estando por debajo de la canasta básica, que ya supera ampliamente el millón de pesos. No se puede aceptar que en actividades donde se eliminaron las retenciones y mejoró la rentabilidad, se sigan pagando salarios tan bajos, inferiores a la canasta básica”.
Sánchez Jauregui remarcó que la organización no va a retroceder en su plan de lucha: “Vamos a seguir en la calle, en cada campo, en cada provincia, exigiendo lo que nos corresponde: un salario que permita vivir, no sobrevivir”.
Mientras los flashes en La Rural captan discursos cuidados y gestos de poder, en los campos argentinos la realidad es otra: cosechadores, peones, tareferos, operarios rurales que no llegan a fin de mes, que trabajan jornadas extenuantes y que esperan que alguna vez la justicia social también se siembre y florezca en el corazón del campo.
"Van a las protestas abrigados con lo que tienen, con el rostro curtido por el viento y el frío. No hay trajes ni discursos ensayados. Hay cuerpos cansados, manos agrietadas y una certeza: el campo no se sostiene con promesas, se sostiene con trabajo. Y el trabajo debe ser remunerado con dignidad", expresó la dirigente gremial.
Queda ahora la paritaria que se abrirá en el mes de agosto, donde desde el gremio espera que estos anuncios que se le han hecho al campo también lleguen al trabajador. Ya no hay excusas para seguir pagando sueldos que no alcanzan.