Calor en invierno, frío en verano, sequías, inundaciones, tornados. No, no es el resumen de una película de cine catástrofe. Es lo que está pasando en todo el mundo gracias al cambio climático. Según un informe de las Naciones Unidas, varias ciudades podrían, incluso, desaparecer.
Por un lado, tenemos el cambio climático, un concepto que a veces se vacía de sentido y solo queda convertido en una etiqueta que no nos explica nada. Muchas veces, incluso, se trata de un momento de impacto en programas de noticias pero sin profundizar.
Hay que tener en cuenta que el cambio climático global no es un problema que van a tener las generaciones futuras. Es un problema que tenemos hoy, y muy grave. Como su concepto lo indica, se trata de cambios en el clima de la Tierra provocados por el aumento de las emisiones de gases. Y con graves efectos en el ambiente.
Muchos de los anuncios que los científicos del mundo hacían hace décadas se están concretando ahora mismo: los glaciares se están derritiendo, el hielo marino se está perdiendo, las olas de calor son más largas e intensas, hay sequías que derivan en incendios forestales, y el aumento del nivel del mar es demasiado acelerado.
Entre el año 2000 y el 2019 los glaciares del mundo perdieron más de 5000 mil gigatoneladas de masa. Eso equivale a 550 millones de Eiffel. Según datos de la Universidad de Maryland, los incendios forestales se duplicaron en el mundo en los últimos 20 años. Todos los años, en las últimas dos décadas, se perdieron unos 3 millones de hectáreas en todo el planeta.
Nuestro país no se queda afuera de las tristes estadísticas: en 2023 Buenos Aires registró el verano más cálido de su historia, con una ola de calor récord de diez días.
El tema de las sequías, muy grave en todo el mundo, está siendo especialmente complejo en nuestro país. Según un informe de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, en Argentina hay más de 160 millones de hectáreas afectadas por la sequía, y de este total unos 22 millones sufren una severa falta de humedad para el desarrollo de los cultivos.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés),algunos de estos cambios ya son irreversibles.
Las emisiones de gases hicieron que la temperatura promedio del planeta subiera 1,1 grados centígrados desde la época preindustrial (más o menos a partir de 1750). Y se espera que la temperatura media mundial supere los 1,5 grados en las próximas décadas.
“No hay planeta B”. O sea que tenemos que tratar de salvar al que tenemos. Está difícil la cosa, pero los Estados y las grandes empresas tienen en sus manos el futuro de la Tierra.