Las inundaciones que afectan a la provincia de Buenos Aires desde hace varios meses favorecieron el desarrollo de un insecto que, en muchos municipios bonaerenses que se ubican sobre las márgenes del Río Salado, la sufren como una plaga: El barigüí o “mosca negra”.
Hace dos semanas, las autoridades provinciales se dieron cita en la ciudad de Bragado en donde trataron el tema de la mosquita negra. En el encuentro, los funcionarios hablaron sobre los trabajos que se vienen realizando con el propósito de evitar que la plaga siga afectando a otros municipios.
De acuerdo con los nueve representantes municipales que participaron de la reunión, los trabajos que se están realizando consisten en la aplicación de un larvicida en la primera etapa, que es cuando la hembra efectúa el depósito de los huevos en el río. También se complementa con fumigación en la zona del agua y con limpieza en regiones donde se encuentran gran cantidad de juncos.
El barigüí, cuyas larvas se desarrollan en aguas correntosas, es una mosca que muerde. Si bien no transmite ninguna enfermedad, produce heridas dolorosas y puede causar posibles infecciones.
De acuerdo con opiniones de especialistas en el tema, el control de la plaga se dificulta como consecuencia del factor viento y el desplazamiento de las mosquitas.