Los casos de un nuevo coronavirus que había comenzado en China empezaban a multiplicarse en prácticamente todo el mundo. Poco se sabía por entonces del virus, más allá de su gran capacidad de transmisión.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió actuar y declarar la pandemia de Covid-19. Después, los tapabocas, distancia y medidas de higiene y seguridad personal se convirtieron en imprescindibles en todo el mundo. Dos años después, aún siguen presentes en algunos territorios.
Algunos países, tras estos dos años de medidas, ya han acabado con todo tipo de restricciones relacionadas con el coroanvirus. En Argentina, en cambio, algunas siguen vigentes, como la utilización de tapabocas en interiores de espacios públicos y privados.
Sin embargo el alivio a la situación y el camino de salida lo trajeron las campañas de vacunación, hecho fundamental para detener la propagación y efecto nocivo del virus.
Aunque desde la OMS aseguran que debido a las medidas de salud pública “sin precedentes” y el “extraordinariamente rápido desarrollo y distribución de vacunas” muchas partes del mundo han podido controlar el esparcimiento del coronavirus. Pero esa realidad corresponde solo a un grupo de países.
“La distribución de vacunas es todavía escandalosamente desigual, y aunque 1.500 millones de dosis se producen cada mes, cerca de 3.000 millones de personas aún están esperando su primera dosis”, argumentaron.
Además, estimaron que esta desigualdad aumenta las posibilidades de “más variantes, más confinamientos y más dolor y sacrificios en cada país” e hiieron un llamado al mundo a “poner fin a este triste capítulo en la historia de la humanidad de una vez por todas”.