En lo que fue la primera visita de un mandatario al histórico edificio de la calle Azopardo 802 en once años, el presidente electo, Alberto Fernández, se reunió con la CGT y remarcó que la dirigencia sindical “va a ser parte del Gobierno que viene”.
A su vez, el futuro jefe de Estado recibió un importante respaldo de la central obrera, que también vio el regreso del camionero Hugo Moyano a su sede a más de tres años de su renuncia como secretario general de la entidad.
"En este lugar Perón llamó a un pacto social, en tiempos en que la Argentina estaba en crisis y necesitaba del acuerdo de todos los argentinos. El mandato de Perón está más presente que nunca: para un argentino no hay nada mejor que otro argentino", sostuvo Fernández.
En esa línea, subrayó: "Vamos a honrar la memoria de Perón y vamos a volver a llamar a los que producen y trabajan y se van a sentar con el Estado a diseñar las políticas del futuro. No solamente a hacer un acuerdo de precios y salarios, sino a diseñar el futuro que la Argentina necesita y vamos a hacerlo entre todos. Son políticas que van a perdurar más allá de mi mandato".
Ante los principales líderes sindicales, el sucesor de Mauricio Macri remarcó que "el movimiento obrero organizado es parte del gobierno que se va a instalar en la Argentina el 10 de diciembre" y añadió: "No es un acuerdo político, nunca lo hemos hablado. Es la convicción que siempre tuvimos: que al país lo arreglamos entre todos, trabajando juntos y los que trabajan son la piedra angular de esta sociedad".
Además de recordar a Saúl Ubaldini y a José Ignacio Rucci, insistió en que "el movimiento obrero tiene mucho que ver" con el trabajo que se necesitará "para poner a la Argentina de pie".
Previamente, los secretarios generales de la central obrera, Héctor Daer y Carlos Acuña, habían manifestado el respaldo del sindicalismo al futuro Gobierno.