PAíS | 27 OCT 2019

PERFIL DEL NUEVO JEFE DE ESTADO

Quién es Alberto Fernández, el nuevo Presidente de los argentinos

Militante peronista desde el colegio secundario, Alberto Fernández fue uno de los fundadores del kirchnerismo. Luego de permanecer enemistado con Cristina Fernández durante casi diez años, se reencontraron con el objetivo de unir al peronismo y derrotar en las urnas a Mauricio Macri. Dialoguista, generador de consensos, es la primera vez que ocupa un cargo político en primer plano.




Hasta estas elecciones, que lo llevaron a convertirse en presidente de la Argentina con Cristina Fernández de Kirchner como compañera de fórmula, Alberto Fernández siempre había participado activamente de la política y la función pública en segundo plano.

Conocido por su habilidad en la búsqueda de consensos, su capacidad de diálogo y su tendencia a tender puentes más que a generar rupturas, este abogado y docente universitario de 60 años, gustoso de componer con la guitarra y fanático del rock nacional, comenzó a militar durante sus estudios secundarios en el Colegio Mariano Moreno, donde fue delegado de la Unión de Estudiantes Secundarios, de tendencia peronista.

Con el regreso de la democracia, en 1983, se afilió al Partido Justicialista y desde ese lugar ejerció como subdirector general de Asuntos Jurídicos del ministerio de Economía del gobierno de Raúl Alfonsín.

En los noventa, durante la primera presidencia de Carlos Menem, fue nombrado superintendente de Seguros de la Nación y más tarde ejerció como vicepresidente ejecutivo del Grupo Banco Provincia, en el gobierno de Eduardo Duhalde.

Conoció a Néstor Kirchner en 1998, por iniciativa de Eduardo Valdés, quien le insistía en que se reuniera con el entonces gobernador de Santa Cruz que ya se había distanciado de la presidencia de Menem por considerar que había abandonado la lógica que Perón le había dado al movimiento nacional y popular.

La química fue instantánea. Desde ese día se empezó a amalgamar una relación estrecha y de gran confianza política y personal.

El vínculo entre Alberto Fernández y Néstor Kirchner se profundizó cuando Duhalde comenzó a trabajar en una candidatura presidencial, que sería derrotada por Fernando de la Rúa. Fernández integró el equipo de campaña del bonaerense y junto a Kirchner organizaron lo que luego se conocerá como el “Grupo Calafate”. A partir de allí, la relación entre ambos y Cristina se profundizó y se extendió en el tiempo.

El armado kirchnerista

En el 2000 Fernández fue electo legislador en Capital Federal, en una boleta que encabezaba Domingo Caballo. Kirchner no estaba de acuerdo en que él integrara ese espacio, pero después de las elecciones lo llamó y le dijo: “Creo que se terminaron las horas de las aventuras. Necesito que me acompañes porque en el 2003 quiero ser presidente. Al primero que hablo es a vos porque necesito tu ayuda en Ciudad de Buenos Aires. Si estás convencido nos ponemos a trabajar hoy”. Fernández aceptó.

Los contactos que Fernández mantuvo en esos años fueron indispensables para el camino que se propusieron. De hecho, cuando se hicieron las convocatorias a las elecciones, la relación entre Kirchner y Duhalde estaba quebrada por el acercamiento de este último a dirigentes menemistas, pero el apoyo del entonces presidente era indispensable. Fue Fernández el que logró reunirlos y finalmente, después de idas y vueltas, consiguió el respaldo.

Néstor lo designó, primero, como su jefe de campaña y, más tarde, jefe de Gabinete.

En el libro Políticamente Incorrecto, que Fernández escribió en 2011, aseguró que Kirchner no sólo era su amigo sino su jefe político.

Ocupó el cargo de jefe de Gabinete entre mayo de 2003 y julio de 2008, durante la primera presidencia de Cristina. Presentó su renuncia luego del conflicto con el sector agropecuario por el aumento a las retenciones y se volvió muy crítico de la gestión de su ahora compañera de fórmula.

En 2012 formó el Partido del Trabajo y la Equidad (PARTE), en 2013 se incorporó al Frente Renovador de Sergio Massa, quien lo había reemplazado en su cargo de jefe de Gabinete y era también opositor al gobierno de Cristina. En 2017 fue jefe de campaña de Florencio Randazzo, que se postuló como senador por la provincia de Buenos Aires, cargo para el que finalmente fue electa Cristina con Unidad Ciudadana.

El acercamiento con Cristina

El reencuentro de Fernández con la ex presidenta se dio en diciembre del 2017. Según relató el propio Alberto, después de casi diez años, en aquella reunión, recuperaron la amistad que habían tenido. “Saldamos todo lo que nos cuestionamos”, dijo el ahora presidente en una entrevista.

La siguiente pista de acercamiento se dio en febrero de 2018 cuando Fernández declaró públicamente: “Con Cristina sola no alcanza, y sin ella no se puede”.

Luego vino su asistencia en primera fila a la presentación del libro Sinceramente, en mayo de este año, donde Cristina le agradeció haberla impulsado a escribirlo. A los pocos días, llegaría el anuncio de que él encabezaría la fórmula presidencial en la que ella sería la candidata a vicepresidenta.

“Para mí es una enorme tranquilidad que Cristina esté en la fórmula. Lo que a muchos les cuesta entender es que dos personas que se aprecian y se valoran y se respetan, un día pueden encontrar un punto de acuerdo para trabajar juntos como trabajaron años antes. Que Cristina me acompañe a mí me da mucha fuerza”, declaró Fernández durante la primera entrevista que dio una vez conocida su candidatura a presidente.

Desde entonces, los medios no pararon de preguntarle quién va a gobernar, lo que le molesta mucho. Una de las respuestas más contundentes que dio al respecto fue: “Ni Cristina es Perón ni yo soy Cámpora. Cristina lo sabe porque un día renuncié y estuve diez años confrontando políticamente”.

Durante su primer acto con militantes en la campaña electoral, junto a su compañera de fórmula, aseguró: "Una vez me peleé con Cristina, no me peleo nunca más".