
En una muestra de unidad inédita, dirigentes de los principales espacios políticos del país, con excepción de los libertarios y la izquierda, firmaron este viernes una declaración conjunta en defensa de la libertad de prensa, en respuesta a los reiterados ataques del presidente Javier Milei hacia periodistas y medios de comunicación. La iniciativa fue impulsada por Sergio Abrevaya, presidente del GEN, bajo el título: “25 de Mayo y un compromiso democrático en Defensa de la Libertad de Prensa”.
"Observamos con preocupación la escalada de las expresiones desde el máximo estamento de poder, como el Presidente de la Nación, y muchos de sus seguidores, que usan la descalificación, el insulto o hasta denuncias contra periodistas, o ataques a los propios medios de comunicación, como un intento de deslegitimación de su palabra", expresa el documento.
El texto subraya que “el ataque a la prensa no busca ni defiende la verdad. Se utiliza el poder del Estado para intimidar, silenciar y disciplinar a quienes ejercen su labor de manera crítica”, y llama a una reacción urgente, colectiva y transversal desde todos los sectores de la sociedad.
Entre los firmantes se encuentran figuras de diversos espacios políticos: Margarita Stolbizer (GEN), Emilio Monzó, Miguel Ángel Pichetto y Mónica Fein (Encuentro Federal); Daniel Arroyo, Victoria Tolosa Paz y Ramiro Gutiérrez (Unión por la Patria); Carla Carrizo, Martín Lousteau y Julio Cobos (UCR); Sergio Abrevaya y Paula Oliveto (Coalición Cívica); Silvia Lospennato y Guadalupe Tagliaferri (PRO); Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos); y el ex radical Facundo Manes.
A pocos días del 25 de Mayo, el texto invita a convertir la fecha patria en una reafirmación del compromiso democrático y convoca a “líderes y fuerzas políticas, organizaciones sociales, universidades, referentes culturales, entidades periodísticas y a la ciudadanía a suscribir un compromiso público en defensa de la libertad de expresión y del trabajo periodístico”.
La declaración propone acciones concretas ante cada intento de censura o persecución, como el apoyo irrestricto a la libertad de expresión, la denuncia sostenida del hostigamiento por parte del poder, y el uso de todos los canales institucionales para visibilizar y condenar estos actos.
“El silencio frente al autoritarismo es una forma de complicidad”, advierte el texto, que concluye con una contundente reafirmación: “La crítica no puede ser delito y la verdad no puede tener dueño”.
Los firmantes también alertaron sobre el riesgo de un grave retroceso institucional. “La incitación al odio de manera explícita, o el ejercicio de violencia física en algunos casos, hacen más grave aún la situación y nos ponen en el deber de advertir sobre el deterioro de la convivencia democrática en la Argentina”, sentencia el documento.
La declaración se inscribe en un contexto en el que el presidente Javier Milei ha intensificado sus embestidas públicas contra periodistas, a quienes suele acusar de “mentirosos”, “ensobrados” o “militantes disfrazados”, en un tono que diversos sectores ya identifican como una estrategia de amedrentamiento y disciplinamiento de la crítica.