
La mesa ejecutiva del Consejo de Federaciones de Bomberos Voluntarios de la República Argentina resolvió declararse en estado de alerta, “en defensa de los recursos que sostienen al Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios”.
Los servidores públicos argumentan que desde hace dos años padecen las consecuencias de un paulatino deterioro económico, y que las demoras en el pago del subsidio correspondiente a este año “impide a más de mil cuarteles mantenerse operativos y en funcionamiento para salvar las vidas y los bienes de los argentinos en todo el territorio nacional”.
De acuerdo con lo que establece la ley nacional 25.054, el sistema se solventa con una cuenta de recaudación en la que se deposita el 5 por mil de lo que todas las compañías aseguradoras del país recaudan en concepto de pólizas contra incendios.
Ese dinero es retenido por la Superintendencia de Seguros de la Nación, que trimestralmente lo remite a la cartera de Hacienda; ésta, a su vez, lo transfiere a Seguridad para que a través de la Secretaría de Protección Civil lo distribuya por partes iguales ente todos los cuarteles, en los que revistan unos 42 mil efectivos.