
El ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó que el Gobierno nacional se encuentra trabajando en nuevas medidas que profundizan el proceso de desregulación cambiaria. El eje central del plan es permitir el uso irrestricto de dólares en el circuito comercial, eliminando la exigencia de justificar el origen de los fondos ante la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
Aunque todavía no hay una fecha definida para su implementación, las medidas podrían anunciarse en el corto plazo como parte del proceso de lo que muchos analistas han denominado “bimonetización”, una alternativa a la dolarización plena, que sigue sin descartarse desde el oficialismo.
Entre los cambios en carpeta, se analiza liberar el uso de dólares para operaciones como la compra de electrodomésticos, vehículos y propiedades, sin necesidad de que los compradores expliquen de dónde proviene el dinero. Esta flexibilización apunta a captar parte de los más de 200 mil millones de dólares que, según estimaciones oficiales, los argentinos mantienen fuera del sistema financiero formal.
“El objetivo es que los argentinos puedan volver a usar su dinero con libertad”, repiten en el entorno de Javier Milei, convencidos de que una mayor circulación de dólares impulsaría el consumo y la inversión privada, y en consecuencia, dinamizaría la economía.
Para ello, el Ministerio de Economía, el Banco Central y ARCA trabajan en un paquete de resoluciones que permitirán legalizar el uso de dólares atesorados en operaciones comerciales sin penalizaciones ni trabas burocráticas. Se trata de un giro significativo respecto a las políticas cambiarias de gobiernos anteriores, que establecían fuertes controles para evitar la evasión y el lavado de activos.
Las medidas se enmarcan en un nuevo paradigma económico impulsado por la administración Milei, que apuesta por una menor intervención estatal en los mercados, en línea con su promesa de libertad económica total.
Por el momento, se espera que en los próximos días se den a conocer mayores precisiones sobre las herramientas normativas que habilitarán esta desregulación. En paralelo, la atención está puesta en cómo reaccionará el sistema financiero y el mercado cambiario ante un posible nuevo salto hacia la dolarización.