
Tras el acto convocado en la Universidad Nacional de San Martín, para la rúbrica de un reclamo elevado al Congreso de la Nación por la paralización de obras públicas trascendentales para la provincia de Buenos Aires y el resto del país, la vicegobernadora Verónica Magaro alertó que la medida de “cero obras públicas” implementada por la actual gestión nacional afecta gravemente a la población, especialmente a aquellos sectores más vulnerables.
"Ya son 500 días sin obras públicas nacionales por decisión de Milei", sostuvo Magario, quien subrayó que esta medida ha tenido un impacto directo en áreas clave como la educación, la salud y la infraestructura básica. "Escuelas sin mantenimiento, hospitales sin atención y construcciones paradas", enumeró, destacando cómo la falta de inversiones afecta la calidad de vida de las argentinas y argentinos y dificulta el acceso a derechos fundamentales, además de acentuar la caída de los salarios.
Ya son 500 días sin obras públicas nacionales por decisión de Milei: escuelas sin mantenimiento, hospitales sin atención y construcciones paradas, afectando las oportunidades de las argentinas y argentinos de acceder a derechos básicos, además de la caída del salario. pic.twitter.com/PUOzojCyZD
— Verónica Magario (@magariovero) April 23, 2025
La crítica de la vicegobernadora no se limitó solo a los efectos inmediatos de la paralización de obras, sino que también denunció un modelo económico que prioriza a un sector reducido de la sociedad. “El modelo de Milei prioriza los intereses de unos pocos que concentran ganancias de la timba financiera por sobre la dignidad y el bienestar de la gente", afirmó, haciendo referencia a las políticas económicas que, según ella, favorecen a los sectores más concentrados de poder en detrimento de las mayorías.
Para Magario, la falta de inversión en infraestructura no es un asunto menor, sino que "abandona la inversión estatal y profundiza la desigualdad, rompiendo el tejido social". La vicegobernadora dejó en claro que no hay futuro posible para el país sin una robusta inversión en obra pública, una postura que contrasta con la decisión del gobierno de reducir los gastos estatales en proyectos de infraestructura.
Además, Magario se mostró firme ante los ataques y las críticas recibidas por parte de sectores afines al gobierno nacional, asegurando que los "insultos y agresiones no van a silenciar lo que las y los bonaerenses nos piden cada vez que inauguramos una nueva obra: más". En este sentido, reiteró que la demanda de progreso, inversión y trabajo sigue siendo central en su gestión y que la lucha por la reactivación de las obras públicas es un desafío compartido por intendentes y funcionarios de todo el país.
"Esta es una lucha de la Provincia, pero también de intendentes y funcionarios de todo el país que quieren un futuro mejor", concluyó, llamando a la unidad para lograr un cambio en la política pública que permita avanzar hacia un desarrollo equilibrado y equitativo para todos los argentinos.