
Manuel García Mansilla presentó un duro descargo contra el Senado de la Nación, tras formalizar su renuncia como juez de la Corte Suprema de Justicia. A través de un extenso escrito dirigido al Congreso, denunció “errores, tergiversaciones y falsedades” en los dictámenes que se debatieron en comisiones legislativas, además de irregularidades reglamentarias en el proceso que derivó en el rechazo de su pliego.
La renuncia fue presentada la semana pasada, luego de que la Cámara Alta desestimara su nombramiento como miembro del máximo tribunal. Este viernes, García Mansilla rompió el silencio y sostuvo que se vio “en la obligación de realizar algunas aclaraciones necesarias para preservar la verdad de los hechos y la integridad del proceso constitucional”.
Entre sus principales argumentos, el jurista desmintió haber afirmado que nunca aceptaría una designación por decreto. Según explicó, sus declaraciones durante la audiencia pública en el Senado fueron sacadas de contexto: “Manifesté ese día, en respuesta a una pregunta específica de la senadora Anabel Fernández Sagasti, una reflexión en retrospectiva sobre el decreto 83/15 dictado en 2015. Allí dije que no hubiera aceptado un nombramiento en comisión y aclaré que esa reflexión la hacía ‘con el diario del lunes’”.
En ese sentido, subrayó que su comentario fue realizado sobre “el contexto puntual de 2015, no como una declaración sobre la improcedencia general de las designaciones en comisión”. Y remarcó que “así lo interpretaron los propios senadores presentes en participaciones posteriores en la audiencia”.
García Mansilla también defendió su designación hecha por el presidente Javier Milei mediante el decreto 137/2025, y consideró que el nombramiento en comisión “constituye una herramienta legítima que evita prolongar artificialmente el funcionamiento incompleto de la Corte Suprema”, que hasta diciembre pasado contaba con solo tres miembros.
El académico criticó duramente al Senado por haber demorado el tratamiento del pliego y calificó como “francamente sorprendente” que se hubiera “naturalizado la existencia de una vacante sin cubrir durante un lapso tan prolongado”. En su carta de renuncia al presidente Milei, también expresó que había aceptado el nombramiento con la convicción de que la falta de integración del tribunal era “un grave problema institucional que requería una solución urgente”.
Con estas declaraciones, García Mansilla dejó en evidencia el malestar que provocó el rechazo legislativo a su postulación, y cerró su breve paso por la Corte en medio de un clima de tensión entre el Ejecutivo y el Congreso por la cobertura de vacantes en la Justicia. Por el momento, el Gobierno nacional evalúa alternativas legales para insistir con los nombramientos originales, mientras el máximo tribunal continúa funcionando con una integración incompleta.