
El pasado 22 de enero, el Gobierno anunció una baja temporal en las retenciones a la soja, el trigo y el maíz con el objetivo de incentivar las ventas y aumentar el ingreso de divisas. Sin embargo, los productores han mantenido una actitud cautelosa y las ventas de soja no se han incrementado significativamente.
Según los datos de la Secretaría de Agricultura, entre el 22 de enero y el 12 de febrero, las ventas de soja disponible sumaron 11.000 toneladas a la exportación y 943.000 toneladas a la industria aceitera. Estas operaciones, sin embargo, respondieron principalmente a compromisos previamente asumidos por los productores y no a la baja de retenciones.
Factores que explican la reticencia a vender soja
Uno de los principales motivos de esta situación es la sequía que afectó la producción de soja durante diciembre y enero. La pérdida de los cultivos de segunda y la afectación de la floración en las sojas de primera han generado incertidumbre en los rendimientos y el volumen de producción final. Esta falta de certeza impide a los productores planificar sus ventas con anticipación.
Otro factor clave es la regulación que obliga a ingresar las divisas dentro de los 15 días hábiles de efectuada la venta o el registro de exportación. Esto limita la capacidad de los exportadores y aceiteras para cerrar operaciones hasta que haya mayor claridad sobre la producción estimada en abril o mayo.
Diferencias con el mercado de maíz
En contraste con la soja, la comercialización de maíz ha mostrado un mayor dinamismo. En el mismo período, las ventas de maíz disponible alcanzaron las 737.000 toneladas, mientras que las de la nueva cosecha 2024/25 sumaron 1.300.000 toneladas.
El mayor volumen de ventas de maíz responde a la proximidad de la cosecha de los maíces tempranos y a las declaraciones de exportación por 1.518.000 toneladas. En este contexto, los exportadores deben asegurar el cumplimiento de los plazos para el ingreso de divisas, lo que impulsa las transacciones.
Impacto en el ingreso de divisas
A pesar del ritmo pausado en las ventas de soja, el ingreso de camiones a los puertos del área de Upriver sugiere que en febrero se alcanzará un ingreso de divisas cercano a los 1.500 millones de dólares. No obstante, el efecto esperado de la baja de retenciones aún no se ha reflejado plenamente en el mercado.
La evolución de las ventas en los próximos meses estará condicionada por la estabilidad climática y la evolución de los precios, así como por la flexibilidad en la regulación del ingreso de divisas, factores que podrían determinar el comportamiento de los productores y el impacto final en la economía del país.