
El Gobierno nacional dispuso un nuevo ajuste en las tarifas de electricidad a partir de febrero, que impactará principalmente en los hogares de ingresos medios y bajos. Según lo informado por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) a través de la Resolución 119/2025 publicada en el Boletín Oficial, los aumentos llegarán al 12,3% para usuarios de clase media y al 8,4% para aquellos de menores ingresos. Mientras tanto, los usuarios de altos ingresos tendrán una suba del 2,1%.
Si bien el Gobierno había comunicado días atrás que los aumentos promediarían el 1,5% a nivel nacional, la situación en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es distinta. Los cambios en el esquema de subsidios para los clientes de Edesur y Edenor generan un alza mucho mayor a la anunciada originalmente.
La Secretaría de Energía, encabezada por María Tettamanti, aplicó un recorte en las bonificaciones que reciben los usuarios residenciales sobre los precios de la energía eléctrica y el gas natural. En el caso de la electricidad, los subsidios para el segmento de menores ingresos (Nivel 2) se reducirán del 71,2% al 65%, mientras que para los de ingresos medios (Nivel 3) bajarán del 55,94% al 50%.
Cómo afecta a los usuarios
Hasta diciembre, según datos del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), había 9,5 millones de usuarios beneficiados con subsidios en la energía eléctrica, de un total de 16,2 millones. De ellos, 6,3 millones estaban categorizados como N2 y 3,2 millones como N3.
Estos sectores ya tienen un límite de consumo bonificado: los N2 cuentan con 350 kilowatt hora (kWh) mensuales subsidiados, mientras que los N3 tienen hasta 250 kWh con descuento. Cualquier consumo que exceda esos montos se paga a tarifa plena.
Fuentes oficiales indicaron al portal Infobae que la Secretaría de Energía está evaluando la posibilidad de reducir aún más estos topes en los próximos meses, lo que podría generar un nuevo impacto en los sectores más vulnerables y en la clase media.
Con estos ajustes, el Gobierno busca reducir el gasto en subsidios energéticos, alineándose con una política de mayor equilibrio fiscal. Sin embargo, estos incrementos podrían generar un nuevo golpe al poder adquisitivo de los hogares, en un contexto de inflación y recesión económica.