
La destitución, fue votada este martes por 14 ediles contra 7, y expuso a sangre fría las fracturas internas del bloque de La Libertad Avanza (LLA), que ya enfrentaba divisiones desde su asunción.
El periodista político bahiense Juan Ignacio Guarino y director de El Ágora Digital, describió en diálogo con Infomiba en detalle y amplio conocimiento los hechos que desembocaron en este cambio de liderazgo y el hartazgo generalizado para con Gonard. Según su relato, los conflictos en LLA comenzaron tras las elecciones de 2023, cuando los cuatro concejales electos se dividieron en dos facciones: Gonard y Carlos Alonso, por un lado, y Mauro Reyes junto a Vanina Linzuain, por el otro. Estas divisiones se profundizaron con la gestión de Gonard, quien enfrentó críticas por manejo discrecional de recursos, tensiones internas y una serie de decisiones controvertidas, como impedir la formación de nuevos bloques, situaciones que fueron incrementando el malestar en sus pares de todas las bancadas. Las tensiones comenzaron a alcanzar su punto máximo con denuncias públicas de mal manejo de la pauta oficial y conflictos por el control del bloque. La crisis llegó a los medios cuando un concejal denunció públicamente la ocupación irregular de su oficina, un episodio que incluyó allanamientos policiales y acusaciones de robo.
En noviembre, la situación de Gonard comenzó a tambalear. La facción de LLA alineada con el peronismo aprovechó para presentar un proyecto sobre tablas que incluía la creación de una comisión investigadora y la remoción de Gonard. Sin embargo, los votos del oficialismo peronista no acompañaron la propuesta en ese momento, priorizando la aprobación del presupuesto y la fiscal impositiva.
"Se esperaba que pasara el presupuesto para destituirla", explicó Guarino, subrayando el cálculo político detrás de la decisión. Una vez aprobadas esas iniciativas, se presentó el pedido formal de remoción, esta vez con el respaldo de los bloques necesarios: los ocho ediles de Unión por la Patria, los dos de LLA alineados con Liberman, Alonso, Martín Barrionuevo (de Avanza Libertad), y dos concejales ritondistas del PRO.
Votaciones fragmentadas y un Concejo dividido
La votación para la remoción de Gonard y la elección de nuevas autoridades fue un reflejo de la fragmentación política que atraviesa el espacio de JxC y LLA en el Concejo. Cada cargo fue votado de forma separada, y varios concejales tomaron la palabra para expresar individualmente su voto negativo, evidenciando la falta de cohesión en algunos bloques.
"Esto muestra un cuerpo deliberativo profundamente dividido", señaló Guarino, quien destacó que Juntos, que comenzó el período 2023-2025 con 10 ediles, ahora cuenta con 8 efectivos, de los cuales solo 6 mantienen cohesión, mientras los ritondistas se han desmarcado.
Un nuevo liderazgo y desafíos por delante
Tras la remoción de Gonard, Mauro Reyes asumió como presidente del Concejo, acompañado por Martín Barrionuevo como vicepresidente primero y Carlos Alonso como vicepresidente segundo, en una inédita conformación con tres libertarios en los principales cargos. Reyes prometió una presidencia de "puertas abiertas" enfocada en el bienestar de los bahienses, pero enfrenta el desafío de liderar un cuerpo fragmentado y cargado de tensiones internas.
Por su parte, el oficialismo peronista logró mantener el equilibrio político necesario para consolidar su influencia en el Concejo, mientras observa con atención el desarrollo de las relaciones entre los distintos bloques.
Con un escenario político tan fisurado, Bahía Blanca podría convertirse en una posible antesala de las complejidades de la política argentina actual, donde las alianzas circunstanciales y las disputas internas parecen ser la norma más que la excepción.