Uno de los logros más destacados del programa es la reducción en el valor de los impuestos municipales, lo que se traduce en un alivio financiero para los vecinos. Los residuos reciclados se transforman en una variedad de productos cotidianos, como botellas de vidrio, cepillos, palas de plástico, papel higiénico y servilletas.
El proceso de reciclaje comienza cuando los ciudadanos llevan sus desechos a los Eco-Puntos, donde son clasificados y compactados por trabajadores en los Centros de Acopio. Posteriormente, estos materiales son vendidos a empresas locales que los reutilizan en la fabricación de nuevos productos. Las ganancias generadas no solo cubren los salarios de los trabajadores, sino que también financian el resto del proceso.
Desde la implementación del programa, el municipio ha evitado el costo de 6.400 toneladas que habría tenido que pagar a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE).
El programa "Berazategui Recicla" no solo beneficia económicamente a los vecinos, sino que también protege el medio ambiente al desviar de los vertederos una gran cantidad de desechos peligrosos, como vidrios, pilas, plásticos y aceites usados.
Entre las fábricas que participan en este proceso se encuentra Cristalerías Rigolleau, que utiliza el vidrio reciclado para fabricar nuevas botellas, y Ciudad de Messina, que transforma botellas PET en productos de limpieza. La red Papelera Rosato también recicla cartón y papel.
Además, el programa ha creado nuevos empleos en el sector del reciclaje, asegurando que los ingresos generados beneficien directamente a los trabajadores. Para complementar estas iniciativas, se ofrecen cursos de capacitación a los vecinos sobre reciclaje y compostaje, y se implementa el Programa Escuelas Sustentables, que enseña a las instituciones educativas a desarrollar prácticas sostenibles.
Con "Berazategui Recicla", el municipio no solo avanza hacia un futuro más sostenible, sino que también fomenta una economía circular que beneficia a todos.