La decisión del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, de no sumarse a esta iniciativa, impulsada por el gobierno de Javier Milei, fue criticada por la oposición. Argumentaron que esta postura fue la causa de que lo que habría sido la mayor inversión para la Provincia con la planta de licuefacción de gas no se llevara a cabo en Bahía Blanca, como estaba planeado, sino que se trasladara a Río Negro.
Tras frustrarse la inversión, los concejales de Bahía Blanca, con el apoyo del intendente Susbielles, aprobaron la adhesión al RIGI. Aunque el proyecto fue impulsado por dos concejales del partido libertario, Marité Gonard y Valeria Rodríguez, el respaldo del alcalde fue fundamental para asegurar que los ediles del oficialismo también votaran a favor.
Susbielles había anticipado que Bahía Blanca se sumaría al esquema del gobierno de Milei, a pesar de que, en medio de las negociaciones por la planta de GNL, Kicillof anunció que lanzaría su propia versión de un régimen de promoción de inversiones, conocido informalmente como "RIGI bonaerense".
Se ha mencionado que la intención del intendente es avanzar en la creación de un "RIGI municipal", que otorgue beneficios a los proyectos de inversión significativos previstos en Bahía Blanca.