El aceite de oliva es uno de los alimentos que más beneficios aporta a la salud, además de ser el pilar fundamental de la tan conocida y popular dieta mediterránea. Pero a sus múltiples aportes para la salud, se le agrega uno más que hasta entonces era desconocido.
Un grupo de científicos de las universidades de Jaén y Granada realizó un estudio que reveló un nuevo beneficio de esta grasa vegetal que se destaca por sus diversas utilidades que van desde la reducción del colesterol hasta su capacidad antiinflamatoria.
Aceite de oliva. Foto: Unsplash.
De acuerdo con este estudio publicado recientemente en la revista científica “Frontiers in Nutrition”, el aceite oliva puede influir en el equilibrio de las bacterias intestinales, gracias a su papel regulador en microbiota intestinal, lo que causa una reducción en la producción de compuestos tóxicos durante la digestión.
Este descubrimiento por parte de los expertos es solo el inicio en la investigación del impacto de la alimentación en el estado de la microbiota intestinal, dado que los investigadores enfatizan en la importancia de estos estudios que representan la esperanza de proporcionar más información sobre cómo mejorar la salud digestiva por medio de la dieta.
Aceite de oliva. Foto: Unsplash.
El estudio, en el que participaron la Dra. Marta Sánchez y el Dr. Pablo Gómez, se centró en el análisis genético de cepas de Enterococcus, unas bacterias intestinales comunes que pueden causar diversas infecciones desde urinarias hasta cardíacas, para lo cual utilizaron muestras de excrementos de ratones que fueron alimentados con diferentes dietas que incluían una estándar y otras tres enriquecidas en 20% con mantequilla, aceite de oliva refinado y aceite de oliva virgen extra.
Así fue como descubrieron que los ratones alimentados con aceite de oliva extra virgen desarrollaron una menor resistencia a los antibióticos, como también una reducción en la tendencia a la virulencia bacteriana, lo que sería una prueba de las propiedades prebióticas de este producto.
A su vez, observaron un aumento en las cepas bacterianas relacionadas a enfermedades en los ratones que fueron alimentados con mantequilla, lo que reforzó la idea de que cada tipo de grasa influye de manera distinta y significativa en la salud intestinal.