El gobierno liberal libertario de Javier Milei puso desde el principio sobre la mesa, el recetario vintage de los 90’/2000 ( con tópicos como desregulación, dolarización y ajustes de todo tenor), y a toda máquina se esfuerza por utilizar fórmulas de mala fama o de resultados escabrosos. Como no podía ser de otra manera, el Ministerio de Capital Humano, hizo su parte, al frente de la inquebrantable Sandra Pettovello, quien para combatir los dolorosos números crecientes de niños y niñas que pasan hambre en el país, echó mano de un relegado personaje con sesgos casi medievales: el médico Abel Albino, conocido por su estrepitoso fracaso contra la desnutrición en el norte del país, con comunidades wichís que cargan un recuerdo poco agradable del vociferado CONIN.
Y es que Juan Manuel Urtubey, en sus mandatos como gobernador de la provincia de Salta, supo estrechar relaciones con Abel Albino, a tal punto que le construyó una Sede a CONIN para que desarrolle sus “actividades humanitarias” en beneficio de la “niñez desnutrida de Salta”, además de la asignación de fondos, cuyo destino final se desconoce al día de hoy.
Todo esto ocurrió en un contexto donde las comunidades originarias del norte de Salta venían (y vienen) siendo víctimas históricas de desmontes, desalojos, la falta de acceso al agua potable y la fragilidad de la atención médica, el marco perfecto para que Albino fuera el actor perfecto para ocultar esa realidad doliente. Así fue que en 2015, y como corolario Urtubey tercerizó la atención de la desnutrición en Abel Albino a través de Carlos Francisco Abeleira, , para quienes creó a medida el Ministerio de la Primera Infancia, que al menos durante la última gestión de Juan Manuel Urtubey, cargó con 8 muertes de niños y niñas wichís, por desnutrición. Toda esta situación (la de Salta) fue denunciada penalmente por la diputada provincial Gladys Paredes, que aportó toda la información sobre estos desmanejos.
Por si fuera poco, el Presidente de CONIN no sólo recibió millones de Salta sino de otros gobiernos. Carolina Stanley le destinó cien millones de pesos entre 2015 y 2016 para abrir centros CONIN que desvíen la atención del uso del glifosato (según publica Télam, 27/04/16).
Y no termina allí, Albino ya había sido beneficiado con otros convenios con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, durante el mandato de Mauricio Macri, como así también con el abogado Alejandro Finocchiaro, entonces ministro de Educación de la Nación, todo ello sin resultados probos y con números que no cierran por ninguna parte.
Lo que sí es ampliamente comprobables, son sus grandes hits como célebre pensador reivindicador del medioevo, ya registraba lamentables expresiones en sus libros, tales como: “el sexo es una maravilla que tenemos para contribuir a la obra de Dios, no para divertirse”; “la masturbación es una adicción y genera angustia”; “la mujer debe esforzarse por ofrecer al hombre su virginidad tanto física como moral”. En tanto que, sobre la desnutrición afirma que “la desnutrición infantil es una enfermedad cultural propia de sitios en los que el acto sexual (…) se lo suele llevar a cabo compulsivamente, bajo los efectos de una vehemencia descontrolada e irracional que pretende la mera satisfacción de un placer instintivo por parte del varón”.
Sin embargo, el broche de oro sobre pensamientos conservados en mármol, fue durante el debate sobre la despenalización del aborto, en su exposición en el Congreso Nacional, en julio de 2018, cuando Abel Albino desestimó el uso de preservativos para la prevención de enfermedades afirmando indubitablemente que “el preservativo no protege del sida porque el virus atraviesa hasta la porcelana”.
Visto así y en virtud de la devoción profunda del presidente Javier Milei, a los tiempos pretéritos , el perfil oscuro y medieval de Albino encastraría a la perfección con los requisitos de un tren fantasma que por estos tiempos no para de provocar dolor y horror a los argentinos.