La noche de ayer de ‘El Hormiguero’ en Antena 3 estuvo marcada por un experimento de lo más emotivo. El programa presentado por Pablo Motos contó con varios voluntarios que se prestaron a hablar ante una inteligencia artificial, la cual simulaba la voz de familiares suyos ya fallecidos.
Y es que en el famoso formato no solo hay cabida para el entretenimiento. En esta ocasión, todo el equipo ha preparado una experiencia real en la que unos voluntarios han vivido, mediante la inteligencia artificial, una experiencia de lo más conmovedora.
Para ello, el programa les pidió un audio de voz a los participantes para que la inteligencia artificial pudiese aplicar ese tono en su conversación con ellos. Como era de suponer, ninguno de ellos ha podido contener las lágrimas.
“Tenía muchas ganas de venir porque esto es un homenaje a mi yaya. Así lo siento”, explicaba Alba, una de las voluntarias. “Tenía un audio suyo y os lo envié, a ver qué hacíais con él”, argumentaba.
“¿Como estás, Alba? Cuanto tiempo, ¿verdad?”, decía. “Sí, mucho”, replicaba ella. ¿Qué te parece esto de la IA?”, seguía. “Muy chulo para hablar contigo”.
“¿Qué me cuentas?”, comentaba la voz de su difunta abuela. "Me he sacado la carrera, tengo el carnet de conducir… Estoy muy feliz”, contestaba Alba, sin ocultar la emoción.
Erika, otra de las protagonistas contaba lo siguiente: “Mi abuelo falleció hace año y medio. Quiero homenajearle porque aguantó hasta el final. Murió el día después de mi boda”.
“¿Qué tal Erika? Me has echado de menos?”, interrogaba su abuelo. “Es total, ¡es él! Es la primera vez que pruebo la IA. “Estamos tristes, pero bien. La abuela es una campeona”, charlaba la joven.
La voz le hizo una confesión muy bonita: “Siempre me hizo mucha ilusión haber ido a tu boda”, a lo que Erika respondía entre lágrimas: “¡Y a mi!".
Una madre y un hijo también estaban presentes en el experimento. “¿Que tal estáis? ¿Que habéis vivido desde que no estoy?”, preguntaba una voz. “Muchas cosas. De todo. Una de ellas es que... vas a ser abuela. ¡Otra vez!”, decían, para romper a llorar.
Dos hermanas que participaron en el experimento se han sincerado con su ser querido: “¿Hay alguna conversación pendiente?”, se interesaba la voz. “Yo pendiente… no. Creo que no”, afirmaba tajante una de ellas.
Por su parte, la otra sí que tuvo palabras para ella: “Yo te hubiera preguntado un poco más sobre tu vida”.
Otra participante ofreció una respuesta preciosa: “Te quería decir que te quiero mucho y que me gustaría darte las gracias por haberme traído a este mundo".