
Por autonomía municipal se entiende a la facultad que tendrían los municipios de autodeterminarse, de autoorganizarse y de autoconducirse, con prescindencia del Estado al que pertenecen. A partir de la reforma constitucional del año 1994 se consagró expresamente a nivel nacional la autonomía municipal.
De esta manera, los municipios gozan de “autonomía constitucionalmente establecida e infraconstitucionalmente regulada. Es decir, la autonomía proviene de la propia Constitución Nacional, pero su delimitación (alcance y contenidos en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero) son fijados por normas del Derecho Público provincial.” Para tal propósito, las leyes supremas provinciales deben obligatoriamente adecuarse al art. 123 de la CN.
A la fecha la mayoría de los gobiernos provinciales ha declarado bajo distintos matices la autonomía municipal, pero esto no sucedió en la provincia de Buenos Aires, la Constitución de la provincia no reconoce la autonomía municipal. Los municipios bonaerenses se regulan a través del Decreto Ley 6759/58 que trata a todos los municipios por igual y asume a los municipios como meros prestadores de servicios.
La provincia de Buenos Aires presenta una altísima concentración de las potestades tributarias y de gasto, sólo el 16,14% de los ingresos provinciales son coparticipados a los municipios (se complementa con algunos fondos específicos como por ejemplo el Fondo Educativo que si bien delegan recursos también responsabilidades).La coparticipación municipal se distribuye entre los municipios de la provincia a través del CUD (Coeficiente único de distribución) este coeficiente se encuentra compuesto por tres regímenes: el general, el de salud y el de acción social. A su vez el régimen general se compone en 62% por población (o lo que es lo mismo un 36% de la coparticipación total se distribuye por población).
La semana pasada se dio la publicación de los datos provisorios del Censo 2022, a raíz de ello se confirmó la sobreestimación de la población de La Matanza en los datos censales 2010, de esta manera la sobreestimación de las proyecciones de población significaron una reasignación de recursos a lo largo de 12 años a favor de La Matanza en detrimento del resto de los municipios (algunos economistas plantean que podría tratarse de una suma cercana a los $85.000 millones). El sistema de transferencias de la provincia de Buenos Aires es complejo, se aleja de las buenas prácticas, en general es regresivo (las transferencias per cápita disminuyen ante incrementos en indicadores de pobreza) y genera ineficiencias significativas en la asignación del gasto ante la falta de afectación.
Pero ¿qué tiene que ver esto con la autonomía municipal? TODO. Esta provincia, que aporta el 38% del producto bruto interno, que presenta disimilitudes geográficas, hídricas, económicas, demográficas, etc., es la misma que ofrece como instrumento de actuación un régimen tan arcaico como ineficaz. Donde se concentra en la gobernación alejada de los verdaderos problemas locales las potestades de recaudación y la asignación en las prioridades de gasto. La extensión, complejidad y densidad de los problemas que se presentan en la Provincia de Buenos Aires exigen, en forma prioritaria, instrumentos de actuación acordes a las necesidades que el territorio presenta. Hoy en día, los municipios bonaerenses son entes prestadores de servicios locales, que sólo cuenta con una parcial autonomía política, en tanto a la periodicidad en la elección y renovación de sus autoridades.
Con autonomía municipal los gobiernos locales desde el punto de vista recaudatorio tendrían la potestad de cobrar impuestos propios de acuerdo a las características específicas de su territorio y serían responsables directos frente a la ciudadanía. La teoría indica que de esta manera aumentaría la participación ciudadana motivada en la cercanía con los gobiernos locales (mayor accountability). No es lo mismo Tornquist que Almirante Brown, no es lo mismo el Partido de La Costa que la ciudad de La Plata, no podemos continuar utilizando las mismas herramientas vetustas a lo largo y a lo ancho de una provincia tan disímil y con realidades, problemas tan distintos.
Ahora bien, ¿cómo se encuentra el debate político? ¿Existe voluntad de cambiar las cosas y llevar finalmente a la provincia de buenos aires desde el punto de vista institucional al siglo XXI? Si bien existen a la fecha distintos proyectos en la Legislatura Bonaerense en cuanto al pedido de autonomía, los mismos no se encuentran en tratamiento o en agenda de debate público.
El principal referente de la autonomía municipal en la provincia hace años es el vecinalismo bonaerense, representado por numerosos referentes locales. Un conjunto tan heterogéneo como integrado en un ideal común: el bien común local de cada distrito, la defensa de los intereses de los vecinos y el reclamo de una mayor participación de los municipios en el quehacer cotidiano.
Los vecinalistas cuentan con un problema de representación por la falta de autonomía local y el sistema electoral, la eterna lucha de una boleta “corta” contra las listas sábanas de partidos grandes, la falta de boleta única. Independientemente de ello, desde cada esquina de la provincia y desde sus órganos de representación institucional levantan de manera sostenida ante un debate político que parece no querer escuchar la bandera de la autonomía municipal. Detectan un problema que la política tradicional pareciera no detectar y plantean la solución de cara al vecino. Se ponen en primera persona y se hacen responsables de lo que ello conlleva. Porque la verdadera autonomía trae consigo un riesgo para la clase política, porque significa hacerse responsable con las herramientas y los recursos de los problemas de los vecinos y vecinas, ya no habrá nadie a cientos de km en la capital provincial a quien echar culpas.
Los responsables serán los dirigentes locales, vecinos de cada ciudad. El vecinalismo no sólo está dispuesto a ello, sino que continuará en el debate público hasta que la autonomía sea una realidad en la provincia de Buenos Aires.