domingo 16 de junio de 2024 - Edición Nº2020

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Lado B

Misterio en la Provincia: las piedras voladoras de la casa embrujada de Zapiola

El año pasado fueron cinco las camionetas oficiales de la Policía que con reflectores iluminaron toda la estructura por dentro y por fuera. Conocé el misterioso caso que llena de dudas a un pueblo de la provincia de Buenos Aires.



La casa embrujada de Zapiola se trata de una antigua fábrica de quesos que está abandonada, a la intemperie y hace años que nadie la visita. Es por eso que llama la atención que cualquiera que se acerque se someta a una misteriosa empedrada en su contra; motivo por el cual el sacerdote bendijo el lugar, aunque fue en vano. ¿Por qué? Porque siguen pasando cosas raras, inexplicables, de esas que dan mucho más que miedo.

Zapiola es un pueblo bonaerense cerca de Lobos, un pueblo donde todos se conocen. un lugar donde está lleno de casas, donde no hay edificios y donde todos saben que sí y que no. Una de esas que no, es la de ir la fábrica abandonada. Abandonada hace décadas, y conocida como “La cooperativa” en la zona porque ahí se hacían quesos y todos los tamberos del lugar aportaban lo suyo.

Aquel éxito de “La cooperativa” de Zapiola está reducido a una estructura de ladrillos con tinglado y piso de tierra en el que hasta hace no mucho vivieron un casero con su esposa e hijo de 9 años. Cuando empezaron a caer piedras, se fueron.

¿En qué consiste puntualmente? Se trata de un fenómeno poltergeist donde las piedras vuelan de un lugar a otro sin motivo aparente, esto pasa de noche y ocasionalmente a la tarde. Explicado de otra manera, en la fábrica, .en el medio de la nada, vuelan piedras. 

Si, vuelan piedras del interior vacío hacia afuera. Pero si no está deshabitada ¿Como pueden volar piedras? Hay cosas que no tienen explicación...

¿Y qué pasó con aquella familia? La primera noche pidieron ayuda a la policía rural. El primer agente de la policía de Zapiola que llegó recibió un piedrazo y pidió refuerzos. Fueron cinco las camionetas oficiales que con reflectores iluminaron toda la estructura por dentro y por fuera.

Hicieron disparos disuasorios con escopetas. Pero no había nadie.  Increíblemente las piedras, intermitentemente, seguían volando. Prueba de esto, existe hasta un patrullero abollado por los golpes Aquella noche, y luego de chequear una y mil veces más, confirmaron que adentro de la fábrica no había nadie. No hay explicación posible. Los policías de Zapiola no volvieron.

Cuando las fuerzas de seguridad ya fueron escuetas, no quedó otra que llamar al cura del Zapiola. El padre Mario bendijo el lugar luego del fracaso policial. Tal vez la iglesia pudiera hacer algo con los misterios que rodean, o caen, de la propiedad.

Cuenta la leyenda que al terminar se hizo un sonido fuerte en el techo. En ese preciso momento una piedra cayó en la cabeza de un policía. Uno de los vecinos de la fábrica abandonada dijo una vez que el sereno que la cuidó durante muchos años estudiaba magia negra.

Hoy, cada vez que hay alguien cerca, siguen cayendo piedras.  No hay explicación, nadie se anima tampoco a investigar mucho. ¿Serán fantasmas? ¿Serán entidades?  ¿O no será nada y eso es lo que nos da miedo?

 

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