jueves 14 de noviembre de 2024
- Edición Nº2171

Municipios

Pandemia

Un programa de abordaje epidemiológico integral que funcionó en San Antonio de Areco podría ser replicado en otras localidades

Logró evitar la circulación viral comunitaria de COVID-19 en el Distrito ubicado al norte de la provincia de Buenos Aires.



Tras más de ocho meses de trabajo, la Fundación Mundo Sano, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Asociación para el Desarrollo Sanitario Regional (ADeSaR) presentaron los resultados del modelo de abordaje integral para el manejo sanitario ante la emergencia por el COVID-19 que desarrollaron en conjunto con el municipio de San Antonio de Areco.

El modelo, basado en la detección sistemática y precoz de infectados con o sin síntomas, permitió la visualización de los “eslabones transparentes” de la cadena de contagio con su consiguiente aislamiento, monitoreo y eventual tratamiento temprano. También incluyó la vigilancia epidemiológica intensiva de grupos de mayor riesgo de infección, como el personal de salud, en este caso del Hospital Municipal “Emilio Zerboni” del municipio de la ciudad ubicada en el río Areco, al norte de la provincia de Buenos Aires y a solo 113 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.

Los testeos en esta jurisdicción son realizados de manera convencional para pacientes sintomáticos y sus contactos y con la metodología de pooles para las poblaciones asintomáticas en vigilancia en el Laboratorio de Virología del Hospital de Clínicas José de San Martín, a cargo del doctor Marcelo Rodríguez Fermepín. Hasta el presente se realizaron más de 8 mil testeos, manteniendo un porcentaje de positividad acumulada del 7%.

La captación precoz del paciente sintomático nos permite beneficiarlo con diferentes opciones terapéuticas específicas según el estadio de la enfermedad que esté atravesando”, afirmó Favio Crudo, médico clínico del equipo médico de la Fundación Mundo Sano y responsable del proyecto. “El inicio del tratamiento indicado de forma temprana podría evitar complicaciones, como la internación en terapia intensiva y la asistencia respiratoria mecánica (ARM)”, destacó.

El modelo se integra con un sistema de asistencia telefónica permanente y monitoreo domiciliario, una red de rastreadores epidemiológicos y una aplicación que le permite al equipo médico coordinador tener en pantalla la evolución de todos los pacientes en seguimiento.

Los resultados

-Se evitó la circulación comunitaria viral caracterizándose la procedencia de cada uno de los contagios con casi 600 casos.

-Las camas de aislamiento del único hospital no llegaron al 70% de ocupación en las semanas pico de ingresos, registrándose una ocupación de la UTI (por pacientes COVID-19) de un 0,8 de utilización de días/cama UTI disponibles y un 0,7% si se considerara la utilización de ARM.

-Las tasas de incidencia fueron de 216 cada 10.000 habitantes para un promedio de la región sanitaria de 287, y de la provincia de Buenos Aires de 337.

-La letalidad de la infección por COVID-19 fue de 1,7%, siendo 2,7% para la región sanitaria y 3,3% para la provincia de Buenos Aires.

-La mortalidad específica por cada 10.000 habitantes fue de 3,9% en el municipio, 8,6% en la región sanitaria y 11,7 en la provincia de Buenos Aires.

Cabe destacar que en los ocho meses del proyecto se produjeron 10 fallecimientos por COVID-19 de los cuales la mitad correspondió a pacientes institucionalizados en hogares de mayores y no se registraron fallecidos por debajo de los 74 años de edad.

“Este proyecto de cooperación público-privada ha demostrado excelentes resultados y podría ser replicado en otras localidades e instituciones con características similares a las de San Antonio de Areco”, destacaron desde la iniciativa.

Según el doctor Crudo, “el modelo implementado en San Antonio de Areco es parte de un abordaje epidemiológico en el cual se basa todo el resto del abordaje integral. Es decir, sobre la base de “diagnosticar a todos” antes (sintomáticos y asintomáticos), nos permite aislar mejor, hacer el control previo e identificar al paciente con probable mala evolución y ofrecerle las terapéuticas disponibles en forma oportuna. ‘Oportuna’ para nosotros es una palabra clave, porque por ejemplo estudios de investigación doble ciego bien diseñados han demostrado que el plasma de convaleciente no funciona en casos avanzados y sí funciona en casos tempranos con alta probabilidad de empeorar”.

“Respecto al modelo epidemiológico, es importante aclarar que está basado en conceptos epidemiológicos clásicos y entre sus virtudes se destaca haber sido implementado cuando el número de casos con COVID era muy bajo. Es decir, se inició en Areco casi al mismo tiempo que el inicio de la pandemia. Y éste, para nosotros, es uno de los puntos clave, por lo que cualquier municipio que quisiera replicarlo debería implementar el proyecto cuando los casos no son altos con el fin de evitar su aumento importante y un posterior pico alto y agudo. Por otro lado, hoy podemos mostrar y difundir estos resultados concluyentes recién con la ‘primera ola’ superada”, añadió el experto.

Para el doctor Marcelo Rodríguez Fermepín, “la ‘segunda ola’ es un hecho. Solo falta ponerle fecha. Y lo que hagamos en los próximos 60 días va a ser determinante, tanto desde la posibilidad de vacunar pero también por cómo se continúe trabajando durante el verano desde lo epidemiológico. Esto es cómo, cuándo, cuánto y a quién testear. Porque creemos que no es sólo diagnosticar más sino justamente la manera de dirigir esos testeos para hacerlo de manera eficiente. Hay que aclarar que sigue habiendo muchos casos y fallecidos”.

“Para concluir, me parece importante recalcar un concepto clave, el de los eslabones transparentes. Si no lo hacemos visible, no podemos ver la cadena de contagios e indefectiblemente no podremos detectar “a todos” y evitar o disminuir al máximo posible la circulación viral comunitaria. El problema sería así: si una persona tiene síntomas y está infectada (resultado positivo de Real time PCR), se debe aislar a las personas que fueron sus contactos por 14 días. Y si alguna presenta síntomas, evaluarla por PCR. El problema es que esta postura (que fue la recomendada en general durante todo el año) no cubre la posibilidad de que alguno de esos contactos sin síntomas haya sido quien realmente generó el contagio. Y si hubiera sido así, se pierde la posibilidad de seguir e investigar a sus contactos previos y relacionarlos”, enfatizó Fermepín.

 

Fuente: Infobae

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