El cierre del año fue agitado en Morón a raíz de una protesta de trabajadores municipales que reclamaron el pago de horas extras adeudadas. La medida incluyó quema de neumáticos, cortes de calles y concentraciones frente a distintas dependencias del Municipio, con epicentro en el área de Servicios Públicos y la plaza San Martín.
La manifestación escaló hasta el Concejo Deliberante, donde debía tratarse el Presupuesto 2026. La irrupción violenta de un grupo de manifestantes dentro del recinto obligó a suspender la sesión por razones de seguridad, luego de que se produjeran destrozos en instalaciones y material institucional.
Desde el Concejo, la presidenta Sibila Botti explicó que la decisión se tomó “ante la imposibilidad de garantizar las condiciones mínimas de seguridad para el personal del Concejo, las y los concejales y el público presente”. En un comunicado, el cuerpo expresó su comprensión con el reclamo laboral, pero rechazó “de manera categórica cualquier forma de violencia”.
El conflicto se originó por el atraso en el pago de horas extras correspondientes a noviembre, una situación que, según los trabajadores, ya se había repetido con las adicionales de octubre. En un contexto de fin de año, la demora generó mayor malestar entre los empleados municipales.
El intendente Lucas Ghi aseguró que el Municipio se encuentra realizando “controles muy exhaustivos” para verificar que las horas abonadas hayan sido efectivamente trabajadas y confirmó que el pago se realizará el viernes. Además, sostuvo que “puede existir motivación política” detrás de los incidentes ocurridos durante la protesta.
La situación también reavivó la interna del peronismo local. El exintendente Martín Sabbatella cuestionó públicamente a la actual gestión por “falta de planificación” y “profunda insensibilidad”, mientras el sindicato municipal se declaró en estado de alerta y asamblea permanente, con la advertencia de recurrir al Ministerio de Trabajo bonaerense si no se efectivizan los pagos.
En paralelo, desde el Municipio reconocen un escenario financiero complejo, con deudas acumuladas y la reciente decisión del intendente de postergar el cobro de su sueldo y el de sus funcionarios. Mientras tanto, la sesión del Concejo quedó suspendida y el conflicto salarial sigue abierto, a la espera de que se concrete el pago prometido.