Luego de obtener el aval financiero del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el Gobierno bonaerense encabezado por Axel Kicillof avanzará con un paquete de obras hidráulicas estratégicas en la cuenca del río Salado. Se trata de una intervención largamente esperada que permitirá recuperar miles de hectáreas productivas, reducir el impacto de las inundaciones y revalorizar el mercado inmobiliario rural en una de las zonas más sensibles de la provincia.
El anuncio fue realizado durante el lanzamiento del Operativo Sol a Sol 2025/26 en Santa Clara del Mar, donde el gobernador adelantó que la primera licitación del año 2026 estará destinada al Tramo V del Plan Maestro del Río Salado. El BEI liberó un préstamo por US$ 138 millones, recursos considerados clave para avanzar con el proyecto, en un contexto marcado por la paralización de la obra pública a nivel nacional.
Dragado, puentes y control hídrico
Las obras previstas abarcan 96 kilómetros del curso del río, desde el Canal del Este, en el partido de Bragado, hasta la laguna El Carpincho, en Junín, con impacto directo también en los distritos de Alberti y Chacabuco. El proyecto contempla el ensanchamiento estructural del río, dragados profundos, la construcción de recintos de contención hídrica y la refacción de diez puentes estratégicos —ocho carreteros y dos ferroviarios— que hoy funcionan como verdaderos “tapones” cuando el caudal crece.
Uno de los puntos centrales será la construcción de compuertas en la Laguna de Rocha, en Chacabuco, una obra considerada clave para la regulación de los caudales en toda la región. Además, el financiamiento del BEI incluye partidas específicas para el Modelado Hidrodinámico, que se desarrollará junto al Instituto Nacional del Agua (INA), una herramienta técnica fundamental para comprender la dinámica de los flujos y anticipar escenarios críticos.
La concreción del Tramo V apunta a dar una respuesta estructural a un problema recurrente: las inundaciones que, como ocurrió este año, dejaron vastas superficies fuera del circuito productivo. En un contexto de crisis climática global, con ciclos de excesos hídricos y sequías cada vez más intensos, las obras hidráulicas aparecen como una política de adaptación imprescindible para la provincia.
El conflicto con la Nación
El avance provincial contrasta con la situación del Tramo IV, cuya ejecución corresponde al Estado nacional. En línea con su política de recorte de la obra pública, el gobierno de Javier Milei suspendió los trabajos en los subtramos A, B y C de la Etapa 2, una decisión que generó tensiones incluso en el plano del financiamiento internacional. Desde el BEI advirtieron que, por criterios técnicos, las obras hidráulicas deben ejecutarse desde la desembocadura hacia las nacientes.
Tras gestiones técnicas y diplomáticas, la Provincia logró la “no objeción técnica” del organismo europeo para avanzar con el Tramo V pese a la paralización nacional. “Hemos seguido y terminado lo que nos correspondía. Milei hace la tuya, que se sigue inundando nuestra Provincia”, lanzó Kicillof al confirmar la liberación de los fondos.
Impacto en el mercado inmobiliario rural
Más allá del beneficio productivo, las obras tendrán un fuerte impacto económico colateral. Los campos bajos, históricamente relegados a la ganadería y castigados por los anegamientos, podrán ser aprovechados de manera más eficiente. Hoy, una hectárea ubicada en la zona inundable de la cuenca del Salado se comercializa entre un 20% y un 40% por debajo del valor de un campo similar en zonas altas.