La Costa Atlántica es uno de los destinos más elegidos por los argentinos gracias a la belleza de sus paisajes. Aunque Mar del Plata, Miramar, Villa Gesell y Pinamar figuran entre los puntos más concurridos, existen otros lugares que sorprenden y deslumbran por su encanto natural.
En ese contexto, hay un sitio que se destaca por una característica única que potencia aún más su atractivo: por su ubicación geográfica, el sol sale y se pone sobre el mar, lo que permite disfrutar de amaneceres y atardeceres inolvidables, una postal poco común en la costa argentina.
Monte Hermoso es una ciudad balnearia única por la particularidad de su costa, donde los amaneceres y atardeceres se vuelven verdaderamente inolvidables. Cuando el sol cae sobre el mar, una paleta de tonos índigos y dorados tiñe el agua y regala un espectáculo difícil de igualar.
Su ubicación de este a oeste permite ver al sol salir y esconderse en el mar, una característica que le da identidad y explica su nombre: “Monte Hermoso, de sol a sol”.
Otro de sus grandes atractivos es la temperatura del agua, que puede ser hasta 5 °C más cálida que la de otros balnearios de la costa atlántica, lo que asegura baños placenteros durante toda la temporada.
Con 32 kilómetros de extensión, arenas finas y un declive muy suave, la playa de Monte Hermoso ofrece un espacio amplio, seguro y confortable, ideal para disfrutar en familia y relajarse sin apuros.
Uno de los íconos de la ciudad es el Faro Recalada, el más alto del litoral marítimo argentino, con 67 metros de altura. Está ubicado a 7 kilómetros de Monte Hermoso, por el camino costero que conduce al balneario Sauce Grande. De estructura abierta, cuenta con una escalera interior de 293 escalones y un mirador que ofrece una vista panorámica ideal para fotografiar las dunas, el balneario y la extensión de sus playas.
Entre los atractivos naturales se destaca la Laguna Sauce Grande, un espacio perfecto para la pesca y la práctica de deportes náuticos. También sobresalen las excursiones a los Médanos Blancos, un entorno de arenas claras y finas, reconocidas por su singular tonalidad blanquecina, donde el sandboard es una de las actividades más populares.
Otra experiencia imperdible es la excursión al yacimiento arqueológico de Pehuén-Có, un sitio de enorme valor paleontológico. Allí se conservan restos fósiles de megamamíferos extintos y huellas humanas con más de siete mil años de antigüedad, que convierten la visita en un viaje al pasado natural y cultural de la región.
En la metrópoli costera, se encuentran diversas opciones de alojamiento y gastronomía, pubs, casino y discos. La oferta cultural se compone de espectáculos, ferias artesanales, museos y alternativas para los más pequeños. En la sala del Centro Cultural, con capacidad para 450 personas, se presentan cada verano obras teatrales y musicales de renombre nacional.