lunes 29 de diciembre de 2025
- Edición Nº2581

País

estudio de CEPA

Bajo la lupa: los cuestionamientos metodológicos al INDEC en la era Milei

13:11 |Cambios en la medición de salarios, inflación, pobreza, turismo y actividad económica reabren un debate sensible sobre la confiabilidad de las estadísticas oficiales.



Desde la asunción de Javier Milei, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) quedó en el centro de una serie de controversias metodológicas que atraviesan algunos de los indicadores más sensibles para la vida cotidiana y el debate público: salarios, inflación, pobreza, turismo y nivel de actividad económica. Un informe reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advierte que, lejos de tratarse de discusiones meramente técnicas, los cambios introducidos —y los que se postergan— tienen efectos concretos sobre la lectura de la realidad económica y social del país 

El caso del salario no registrado: ¿mejora real o efecto estadístico?

Uno de los datos más llamativos difundidos por el INDEC es que, entre noviembre de 2023 y mayo de 2025, el salario del empleo no registrado habría crecido un 27,2% en términos reales. El informe de CEPA pone en duda que ese incremento refleje una mejora efectiva del poder adquisitivo y señala que el fenómeno está estrechamente vinculado a cambios metodológicos en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).

Desde fines de 2023, el INDEC incorporó nuevas preguntas y mayor desagregación para captar ingresos no laborales previamente subregistrados, como la Tarjeta Alimentar, pensiones no contributivas, becas Progresar y otras transferencias. Esta mejora en la captación estadística eleva el ingreso declarado de los hogares, pero rompe la comparabilidad histórica de la serie. El organismo, sin embargo, no explicitó el impacto de estas modificaciones, lo que dificulta interpretar si el aumento del salario no registrado responde a una mejora real o a un cambio en la forma de medirlo 

Inflación: una canasta que no refleja el consumo actual

El cuestionamiento más fuerte del informe se concentra en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Actualmente, el INDEC sigue utilizando ponderadores basados en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2004/2005, actualizados parcialmente a 2016. Esa estructura asigna un peso significativamente menor a servicios como electricidad, gas, transporte y comunicaciones, rubros que tuvieron aumentos muy superiores al promedio tras el ajuste tarifario del actual gobierno.

CEPA recuerda que el INDEC dispone desde hace años de los resultados de la ENGHo 2017/2018, que reflejan un cambio profundo en los patrones de consumo: mayor peso de los servicios y menor incidencia relativa de los alimentos. Aplicar esos ponderadores desde noviembre de 2023 arrojaría una inflación acumulada 38,7 puntos porcentuales más alta entre noviembre de 2023 y noviembre de 2025 (288,2% frente a 249,5%). La decisión de postergar la actualización —que además no se aplica de manera retroactiva— aparece así como una definición con fuerte impacto político, en un contexto donde la desaceleración inflacionaria es uno de los principales argumentos de validación del gobierno 

Pobreza: ingresos mejor medidos y canastas desactualizadas

La medición de la pobreza combina dos problemas metodológicos. Por un lado, la Canasta Básica Total (CBT) se construye a partir de una relación entre gasto alimentario y no alimentario que subestima el peso real de los servicios. En la última medición, la Canasta Básica Alimentaria representa el 45% de la CBT, un valor muy superior al observado en encuestas de gastos más recientes, lo que tiende a ubicar la línea de pobreza en un nivel artificialmente bajo.

Por otro lado, los cambios en la EPH mejoraron la captación de ingresos no laborales, especialmente en los deciles más bajos. El resultado combinado es una reducción estadística de la pobreza que no necesariamente refleja una mejora sustantiva del bienestar, sino una canasta subestimada cruzada con ingresos mejor registrados. Esta doble distorsión afecta la comparabilidad y la credibilidad del indicador en un contexto de fuerte deterioro social 

Turismo: recortes, conflictos y pérdida de información

El informe también alerta sobre el desfinanciamiento de las estadísticas de turismo. La decisión de la Secretaría de Turismo de no renovar el convenio que financiaba la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) y la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) obligó al INDEC a reformular ambos operativos a partir de 2026. El recorte se produce en un momento especialmente crítico: caída del turismo receptivo, aumento del turismo emisivo, déficit récord en la balanza turística y pérdida de empresas y empleo formal en el sector.

Si bien el INDEC asegura que se preservarán los datos necesarios para las Cuentas Nacionales, la discontinuidad de estos relevamientos implica un deterioro en la calidad y oportunidad de la información sectorial, clave para el diseño de políticas públicas y el análisis económico 

EMAE y actividad económica: crecimiento con componentes “artificiales”

Finalmente, CEPA cuestiona los fuertes ajustes introducidos en el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de septiembre de 2025. Según el propio INDEC, el repunte se explica casi exclusivamente por el sector de Intermediación Financiera y por el componente “Impuestos netos de subsidios”. Ambos rubros tienden a inflar el indicador sin reflejar necesariamente una mejora en la economía real: el primero por el cálculo del valor agregado a partir del spread de tasas, y el segundo por la quita de subsidios, que incrementa artificialmente el peso de los impuestos en el cálculo del producto.

Al depurar el EMAE de estos dos componentes, el nivel de actividad de septiembre de 2025 se ubicaría apenas 0,7% por encima de noviembre de 2023, relativizando de manera significativa la idea de una recuperación sostenida y reabriendo el debate sobre si la economía logró efectivamente salir de la recesión 

El informe de CEPA concluye que las controversias metodológicas del INDEC no pueden leerse de forma aislada ni neutral. En un contexto de ajuste, reformas estructurales y fuerte disputa por el sentido de los datos, las decisiones estadísticas inciden directamente en la percepción social de la inflación, la pobreza y la actividad económica. La discusión sobre cómo se mide la realidad vuelve así a ocupar un lugar central en el debate público, con implicancias que trascienden largamente el plano técnico y se inscriben de lleno en la arena política y social.

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