El Topo vuelve a sorprender este verano 2026 con una variedad de churros que combina clásicos infalibles, sabores dulces poco convencionales y opciones saladas que rompen con lo esperado. La marca, nacida en Villa Gesell y convertida en un emblema de la Costa Atlántica, renueva su propuesta sin perder su identidad, apostando a una variedad que va mucho más allá del tradicional churro con azúcar.
Si hay algo que no cambia es el protagonismo de los sabores de siempre. El churro simple espolvoreado con azúcar y los rellenos clásicos como dulce de leche y crema pastelera siguen liderando el ranking de los más pedidos, ideales para quienes buscan una opción conocida y rendidora. A estos se suman alternativas tradicionales como membrillo, batata y cremas cítricas, que mantienen su lugar entre los favoritos.
Pero la gran apuesta de la temporada está en los gustos especiales, pensados para quienes buscan probar algo distinto. Desde rellenos dulces como Nutella, Oreo, frutos rojos o manzana, hasta combinaciones más jugadas como maracuyá o mantequilla de maní, la oferta se amplía con sabores intensos y propuestas que se renuevan año a año según las tendencias.
El menú también incluye opciones saladas que se volvieron un sello de la marca y generan curiosidad entre turistas. Churros rellenos de cheddar, jamón y queso, roquefort, hummus o aceitunas conviven con variantes más jugadas como leberwurst. Para quienes buscan una experiencia más gourmet, el churro premium de pistacho se posiciona como el más sofisticado.
Bahia Blanca: Rondeau 86
De esta manera, El Topo se consolida como un verdadero emblema del mundo de los churros. Nacida en Villa Gesell, la marca logra renovarse temporada tras temporada con propuestas originales y sabores innovadores, sin dejar de lado esos clásicos que siguen siendo los preferidos de siempre.