La CGT sale a la calle este jueves contra la reforma laboral en una apuesta por exhibir capacidad de movilización y articular un frente opositor con presencia callejera frente al gobierno de Javier Milei. La central obrera convoca a las 15 horas a Plaza de Mayo y confía en lograr una de las protestas más numerosas del año.
Las columnas saldrán a la calle mientras el Senado debate el proyecto de reforma laboral y la conducción cegetista busca demostrar que puede alinear a todo el arco sindical, el peronismo, la izquierda y movimientos sociales en rechazo a una iniciativa que considera un ataque directo a los derechos de los trabajadores.
El triunvirato de conducción cegetista redobló en los últimos días los contactos y las reuniones con referentes del peronismo para coordinar la presencia política en la marcha. El objetivo es mostrar una articulación que vaya más allá de la estructura sindical tradicional.
La movilización reunirá a un abanico de fuerzas que excede al sindicalismo confederado. ATE decretó un paro nacional por 24 horas y marchará desde las 13 horas desde Diagonal Norte y San Martín. Las dos vertientes de la CTA confirmaron su adhesión a la protesta.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof participará con una columna propia del Movimiento Derecho al Futuro. La Cámpora también convocó a marchar tras el ataque denunciado por Jerónimo en la sede del sindicato del Vidrio.
La CGT advirtió en la previa a la marcha al gobierno por "provocaciones innecesarias" y exigió garantías para que la movilización transcurra de manera "pacífica, organizada y responsable". El comunicado llegó después de que funcionarios oficiales anunciaran que aplicarán el protocolo antipiquetes durante la protesta.
La estrategia de la CGT combina la presión callejera con la rosca parlamentaria. La apuesta es que una movilización masiva este jueves refuerce los argumentos para introducir cambios sustanciales al proyecto en la Cámara baja.