La Legislatura de la provincia de Buenos Aires avanzó este martes con la aprobación de un proyecto de ley que busca regular el uso de teléfonos celulares y otros dispositivos tecnológicos dentro de las aulas del nivel secundario. La normativa, que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, establece criterios claros para ordenar la presencia de pantallas en el ámbito escolar y se suma a un debate que ya tuvo tratamiento previo en el Senado.
El autor de la iniciativa, el diputado Martín Rozas, presidente de la bancada de Unión y Libertad, sostuvo que la provincia atraviesa “un punto de inflexión” frente a una sociedad cada vez más atravesada por la conectividad. En ese marco, planteó la necesidad de encontrar un equilibrio entre el uso pedagógico de la tecnología y la protección de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Fundamentos pedagógicos y diagnósticos internacionales
El proyecto se apoya en estudios y diagnósticos de organismos internacionales como UNICEF y UNESCO, que advierten sobre los efectos negativos del uso excesivo de dispositivos digitales en contextos educativos. Según estos informes, la constante exposición a notificaciones y estímulos fragmenta la atención de los estudiantes, reduce su capacidad de concentración y dificulta la construcción de aprendizajes profundos.
Desde esa perspectiva, la iniciativa propone establecer límites claros al uso de celulares durante las clases, con el objetivo de favorecer entornos más propicios para la enseñanza y la participación activa en el aula.
Impacto en la convivencia y la salud emocional
La normativa también aborda dimensiones que exceden lo estrictamente académico. El texto del proyecto señala que la presencia desregulada de teléfonos móviles facilita prácticas como el ciberbullying, la difusión de rumores y la exposición a contenidos violentos, situaciones que impactan de manera directa en la salud emocional de los adolescentes y en la convivencia escolar.
Para Rozas, restringir el uso de celulares durante las clases permitiría “recuperar el aula como un espacio de interacción cara a cara”, clave para fortalecer la empatía, la resolución de conflictos y los procesos de socialización que, según el legislador, se vieron debilitados en los últimos años por el aislamiento tecnológico.
Un modelo de responsabilidad compartida
Lejos de plantear una prohibición absoluta, la ley se inspira en experiencias implementadas en países como Francia, Noruega y Alemania, donde se avanzó en regulaciones que combinan límites claros con criterios pedagógicos. En ese sentido, el proyecto bonaerense propone un modelo de responsabilidad compartida entre el Estado, las escuelas y las familias.
El texto remarca que los docentes deberán contar con herramientas para integrar la tecnología de manera segura y con sentido pedagógico, mientras que las familias asumirán el compromiso de establecer pautas y límites en el hogar. Además, se prevé una evaluación constante de la aplicación de la medida para garantizar un clima escolar adecuado y proteger la información personal de los estudiantes frente a riesgos digitales.
Trámite legislativo
Se trata del segundo proyecto de ley aprobado en la Legislatura bonaerense sobre esta temática. Días atrás, el Senado dio media sanción a una iniciativa similar, aunque con diferencias en su enfoque y alcance. Con la aprobación en Diputados, ambas propuestas quedaron ahora “cruzadas”, por lo que deberán ser armonizadas para completar el trámite parlamentario.
De avanzar el proceso legislativo, la provincia de Buenos Aires se sumará a otras jurisdicciones que ya definieron regulaciones específicas sobre el uso de celulares en las escuelas, en un contexto de debate global sobre el rol de la tecnología en la educación.