El empleo registrado en Argentina experimentó una nueva contracción en septiembre, según los últimos datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). La cantidad total de trabajadores formales se ubicó en 12,84 millones, lo que representa una caída mensual del 0,1%, equivalente a 10,7 mil puestos de trabajo menos respecto a agosto.
El mercado laboral formal acumula una fase de debilidad durante 2025, con el empleo privado perdiendo cerca de 49 mil puestos entre junio y septiembre. La contracción del trabajo asalariado fue del 0,1% mensual, impulsada por la disminución en el sector privado (-0,2%) y en el trabajo en casas particulares (-0,7%).
En la comparación interanual, el panorama resulta más negativo. El empleo asalariado se redujo en 53,3 mil puestos (-0,5%), con caídas en todos los segmentos. La baja más significativa se registró en el trabajo independiente, que se contrajo un 11,9% (378 mil personas menos).
El desempeño del empleo privado por sectores económicos fue heterogéneo. En septiembre, seis de las catorce ramas de actividad redujeron su plantilla. Las caídas más notables se registraron en la Explotación de minas y canteras (-0,7%), Industrias manufactureras (-0,4%) y Agricultura y ganadería (-0,3%).
A nivel provincial, el empleo privado también mostró disparidad, con 17 de las 24 jurisdicciones registrando caídas mensuales, destacándose Tierra del Fuego y Misiones con bajas de -1,2%. Por el contrario, Chubut (+1,0%) y Catamarca (+0,4%) registraron las mayores subas.
En términos de ingresos, la remuneración bruta promedio en septiembre de 2025 alcanzó $1.797.893, con un crecimiento interanual del 37,8%. Sin embargo, la situación es crítica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde el desempleo alcanzó el 6,3% y afecta a 107.000 personas, siendo 6 de cada 10 mujeres.
La tasa de desocupación en CABA se mantuvo estable en comparación con el mismo período de 2024, pero muestra una marcada brecha de género y territorial en la distribución del desempleo. La informalidad laboral también es un problema persistente, con un 27,3% de los asalariados no realizando descuentos jubilatorios y un 58,1% no contando con registro en la seguridad social.