Un informe reciente del Instituto Argentina Grande (IAG), basado en datos del segundo trimestre de 2025, revela un panorama desalentador para la clase media argentina. Según el análisis de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC), el 53% de los hogares de ingresos medios tuvo que recurrir a estrategias complementarias para llegar a fin de mes, superando incluso a los sectores de menores ingresos, donde el promedio general es del 48%.
La situación es crítica: el estudio detalla que los hogares medios dependen cada vez más de mecanismos financieros para cubrir sus gastos básicos. Un 40% de estos hogares gastó ahorros para subsistir, por encima del promedio del 35%, y un 9% vendió pertenencias. Estas cifras reflejan el impacto de la inflación y el ajuste económico en el bolsillo de la clase media.
Pero lo más alarmante es el endeudamiento récord: el 25% de los hogares se endeudó, ya sea con conocidos o entidades financieras, para llegar a fin de mes. Y aquí la clase media lidera: el 18% de estos hogares recurrió a bancos, frente al 12% de los sectores bajos. La morosidad en créditos personales ya alcanzó el 9,1%, el nivel más alto desde que se tiene registro.
¿Por qué esta presión sobre la clase media? El informe apunta a la quita de subsidios a servicios públicos como un factor clave. Los gastos en agua, gas y electricidad, que en noviembre de 2023 representaban el 4% de un salario mediano, ahora absorben el 11%. Un golpe significativo que obliga a las familias a ajustar su consumo y buscar financiamiento extra.
La situación genera preocupación sobre el impacto en el consumo y la economía local. "La capacidad de ahorro de la clase media se está reduciendo, lo que podría afectar el crecimiento económico", advierten los expertos.
Ante este escenario, especialistas sugieren revisar hábitos de consumo y buscar alternativas para mitigar el impacto de los aumentos. Sin embargo, para muchos, la incertidumbre persiste.
La clase media, pilar de la economía argentina, enfrenta un contexto desafiante. ¿Cómo seguir adelante? La respuesta parece requerir medidas urgentes para aliviar la presión financiera y recuperar la estabilidad.