La Legislatura bonaerense aprobó el Presupuesto 2026 y la Ley Impositiva, pero no logró avanzar con el endeudamiento solicitado por Axel Kicillof. Ese recurso, clave para las finanzas provinciales, quedó como la gran deuda de una sesión atravesada por negociaciones tensas y múltiples condicionamientos políticos.
Para autorizar la toma de deuda, el oficialismo necesita dos tercios en ambas cámaras, un objetivo imposible sin el acompañamiento del radicalismo y el PRO. Los primeros apoyaron los proyectos económicos, mientras que los amarillos rechazaron todo, dejando expuesto un quiebre que no se veía desde hacía tiempo.
En el PRO reconocen que pesa una orden nacional de no darle respaldo a Kicillof, mientras que un legislador lo graficó con ironía: “¿Si no votan Presupuesto e Impositiva, cómo justificarían votar endeudamiento?”. En Cambiemos ya anticiparon un límite innegociable: “Si no hay fondo para intendentes, no hay endeudamiento”.
El oficialismo acercó una alternativa que combinaba fondos de rentas generales y un porcentaje del propio endeudamiento, cifra que rondaba los $180.000 millones. Sin embargo, la propuesta se redujo en unos 30 mil millones por decisión del propio Gobernador, tornando el esquema inaceptable para los opositores.
La rosca del BAPRO
El punto más sensible pasa por la definición del directorio del Banco Provincia, cuyos ocho cargos están vencidos y prorrogados. En las últimas horas surgió la posibilidad de ampliar el cuerpo a 12 miembros, una salida que permitiría distribuir sillones entre oficialismo y oposición.
Desde la Legislatura aseguran que no sería necesaria una reforma legal: “Lo puede resolver el mismo Banco”, explicaron. El esquema que se negocia prevé siete lugares para el oficialismo y cinco para la oposición, con un reparto interno aún en disputa.
En el PRO suenan Matías Ranzini, Adrián Urreli y Christian Gribaudo, aunque resultaría paradójico que participen del directorio si mantienen el rechazo al endeudamiento. A eso se sumó la crítica del intendente y senador electo Manuel Passaglia, quien calificó como “un nuevo papelón” la idea de ampliar el directorio y cuestionó si la medida contará con el aval del presidente Javier Milei.
En la UCR, la ampliación traería alivio a una interna crónica: Carlos Fernández podría renovar su cargo, mientras que Marcelo Daletto, Agustín Máspoli o Fernando Pérez también aparecen en carrera, según las pujas entre abadistas, evolucionistas y exmanesistas.
La quinta silla opositora quedaría para Fernando Rozas, referente de Unión y Libertad y aliado frecuente del oficialismo en votaciones clave.
Las disputas en la Legislatura
Mientras la negociación por el endeudamiento sigue abierta, otro frente de disputa recorre La Plata: la definición de autoridades en ambas cámaras y la conducción de los bloques.
En Diputados, el kicillofismo impulsa a Mariano Cascallares para la presidencia, con Alexis Guerrera como posible vice y Facundo Tignanelli continuando al frente del bloque. La Cámpora, por su parte, apuesta por Luis Vivona o Mayra Mendoza, mientras que el insaurraldismo promueve a Alejandro Dichiara.
En el Senado, La Cámpora quiere a Malena Galmarini en uno de los lugares claves, mientras que Mario Ishii reclama una vicepresidencia. Gabriel Katopodis también aparece en el tablero, aunque aún debe definirse si asumirá un rol legislativo o continuará en el Ejecutivo. Fernanda Raverta sigue siendo una opción de peso.
Del lado opositor, el PRO discute cargos internos y externos. En Diputados, Alejandro Rabinovich asoma para una vicepresidencia, mientras que Agustín Forchieri o el propio Rabinovich podrían conducir el bloque. En el Senado, la pulseada enfrenta al intendente de Junín, Pablo Petrecca, y al ex alcalde Guillermo Montenegro, con Marcelo “Chuby” Leguizamón como aspirante a una de las vicepresidencias.
La UCR, en tanto, trabaja contrarreloj para unificar sus dos bloques en Diputados, encabezados hoy por Diego Garciarena y Matías Civale. En el Senado, Nerina Newmann y Natalia Quintana conformarán un bloque mínimo y sin expectativas de ocupar cargos de relevancia.
Unión y Libertad mantendría a Martín Rozas en Diputados y a Sergio Vargas en el Senado, mientras que los libertarios atraviesan una reconfiguración profunda. Agustín Romo dejaría la jefatura del bloque de Diputados, que quedaría en manos del platense Francisco Adorni, con Juanes Osaba perfilado para la vicepresidencia de cámara. En el Senado, Carlos Curestis seguiría al frente y Diego Valenzuela suma chances para una vicepresidencia.
Con todos estos elementos en juego, el endeudamiento quedó convertido en una pieza más dentro de una negociación mucho más amplia: un tablero donde el control del Bapro y el reparto de lugares en la Legislatura resultan tan determinantes como la propia necesidad financiera de la Provincia.