En paralelo a la aprobación del Presupuesto 2026, la Cámara de Diputados bonaerense dio media sanción a la Ley Impositiva, una de las herramientas centrales con las que el gobierno de Axel Kicillof busca ordenar la recaudación del próximo año. La jornada estuvo marcada por tensas negociaciones y por el retiro del temario del pedido de endeudamiento, que quedó en suspenso hasta lograr consensos con la oposición.
El miembro informante de Unión por la Patria, Juan Pablo de Jesús, remarcó que el esquema impositivo para 2026 “no aumenta la presión tributaria” y sostuvo que se incorporaron demandas de bloques no oficialistas. Entre los cambios más relevantes figura la eliminación de la cuota adicional del Impuesto Inmobiliario para los contribuyentes de mayor valuación y el mantenimiento de las bonificaciones por buen cumplimiento, que no podrán ser inferiores al 10%.
Uno de los puntos más celebrados por la oposición dialoguista fue la ampliación de las escalas para que un mayor número de MiPyMES accedan a alícuotas reducidas de Ingresos Brutos. Según De Jesús, el tope de facturación para ingresar en esos regímenes tendrá un aumento del 60%, por encima de lo planteado originalmente por Economía. El beneficio impactará de manera directa en comercios, servicios y pequeños productores.
La reducción de la Patente Automotor es otro de los cambios de mayor visibilidad. La nueva tabla baja el rango de alícuotas que en 2025 oscilaba entre 3,6% y 5% a un promedio que irá del 1% al 4% según la valuación del vehículo. Desde ARBA precisaron que tres de cada cuatro contribuyentes pagarán menos que este año, y que se eliminará la cuota adicional que afectaba a algunos rodados. El rediseño también transfiere a los municipios los recuperos de patentes no giradas en 2014 y 2015, un reclamo histórico de los intendentes.
En cuanto al Impuesto Inmobiliario, tanto urbano como rural, la Ley Impositiva congela los valores fiscales y mantiene sin cambios las alícuotas. Esta decisión implica un alivio real frente a la inflación y apunta a brindar previsibilidad a propietarios y productores agropecuarios. También se conservaron las tasas de Sellos y otros tributos, sin creación de nuevos gravámenes.
Las negociaciones incluyeron pedidos específicos de sectores productivos y de intendencias gobernadas por la oposición. La fabricación de cartón y la industria cervecera, por ejemplo, consiguieron que no se aumenten sus alícuotas, una demanda impulsada por bloques no oficialistas.
Pese a los consensos alcanzados, la votación volvió a mostrar el mapa fragmentado de la Legislatura. El PRO, La Libertad Avanza y el Frente de Izquierda rechazaron el texto. Matías Ranzini, jefe del bloque amarillo, aseguró que la Provincia “sigue cargando sobre el sector privado en lugar de ordenar su gasto”. Desde LLA, Guillermo Castello cuestionó que la ley conviva con un presupuesto que calificó como “deficitario”.
Mientras tanto, la UCR + Cambio Federal y la Coalición Cívica acompañaron en general pero objetaron artículos puntuales. La diputada Silvina Vaccarezza insistió en la necesidad de “poner límites claros a la administración” y ampliar aún más los beneficios para las actividades más castigadas por la crisis.
La Ley Impositiva se complementa con un esquema general que el Ejecutivo define como “de sostenibilidad fiscal en un contexto adverso”, en medio de la caída de la actividad y de la retracción de fondos nacionales. El Gobierno apuesta ahora a completar el rompecabezas con la aprobación del endeudamiento, pieza clave para financiar obras y reforzar programas en 2026.