martes 25 de noviembre de 2025
- Edición Nº2547

Provincia

comunicado

AySA aclaró que su red no supera los límites de arsénico

15:23 |Un informe del Instituto Tecnológico de Buenos Aires detectó niveles elevados de arsénico en el agua de distintas regiones del país, incluido el interior bonaerense. AySA emitió un comunicado para brindar garantías a los usuarios y aclarar que los pozos particulares —fuera de su control— sí podrían presentar valores por encima de lo permitido.



El reciente estudio elaborado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) encendió alertas en varias provincias: el relevamiento registró concentraciones de arsénico superiores a los límites recomendados en localidades de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Catamarca y La Pampa, entre otras regiones. La presencia del contaminante —de origen natural y asociada a formaciones geológicas profundas— volvió a instalar el debate sobre la calidad del agua disponible para consumo humano, especialmente en municipios donde predomina el abastecimiento mediante perforaciones.

Ante la repercusión del informe, Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) difundió un comunicado oficial para transmitir tranquilidad a los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires, bajo su concesión.

“El agua distribuida por AySA no representa riesgo alguno para la salud. En toda el área de concesión, las concentraciones de arsénico se encuentran por debajo del valor regulado”, sostuvo la empresa. La aclaración apunta a diferenciar la situación de los sistemas bajo su control respecto de zonas donde la provisión depende de pozos particulares o redes municipales sin tratamiento adecuado.

La compañía destacó que la calidad del agua es monitoreada de manera continua. “Se controla minuto a minuto y se somete a rigurosos análisis de laboratorio, lo que asegura supervisión permanente desde la captación en el río hasta la distribución domiciliaria”, remarcaron.

Pozos particulares, el principal foco de riesgo

A la hora de explicar por qué el informe del ITBA arroja resultados muy diferentes a los de su jurisdicción, AySA hizo una aclaración clave: los mayores niveles de arsénico suelen encontrarse en perforaciones privadas o redes rurales que no cuentan con sistemas de tratamiento ni vigilancia diaria.

“No se recomienda el consumo de agua de perforaciones particulares debido a que escapan a los controles que realiza esta concesionaria”, enfatizaron.

Esa advertencia adquiere relevancia en zonas donde los hogares dependen de pozos domiciliarios o pequeños sistemas municipales, especialmente en áreas agrícolas atravesadas por formaciones geológicas ricas en arsénico.

Municipios bonaerenses con niveles por encima de lo recomendado

El estudio del ITBA reveló que decenas de localidades bonaerenses superan los 50 ppb por litro —equivalentes a 0,05 mg/l—, un valor que excede los límites recomendados internacionalmente para el consumo humano a largo plazo.

Entre los municipios afectados aparecen:

Tres Arroyos, Balcarce, Junín, Mar de Ajó, Santos Unzué, Tres Algarrobos, Mercedes, Monte, Lobos, Navarro, Suipacha, General Las Heras, San Vicente, Cañuelas, Villarino, Necochea, Mar del Plata, Coronel Suárez, Pehuajó, Olavarría, Azul, Tandil, Ayacucho, 25 de Mayo, La Plata, San Nicolás, Arrecifes y Zárate.

En muchos de estos distritos, la provisión de agua se realiza a través de perforaciones municipales o sistemas mixtos, lo que explica la dispersión de resultados y la dificultad para controlar los parámetros de manera uniforme.

Un problema estructural y persistente

La presencia de arsénico en aguas subterráneas no es nueva en Argentina: vastas zonas del país integran el denominado “corredor del arsénico”, donde el mineral se encuentra naturalmente en niveles elevados. Sin embargo, la falta de inversiones en nuevos sistemas de potabilización y la dependencia de pozos sin tratamiento siguen siendo obstáculos para garantizar un acceso seguro y equitativo al agua potable.

El informe del ITBA vuelve a poner el foco en esa deuda estructural, mientras AySA intenta delimitar el alcance real del problema dentro de su concesión. Con la combinación de estudios técnicos y comunicaciones oficiales, el debate queda abierto: qué agua consumen los argentinos y quién controla su calidad.

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