El diputado provincial Gustavo Pulti llevó a la Legislatura bonaerense una advertencia contundente sobre el “Marco para un Acuerdo sobre Comercio e Inversiones Recíprocas” que el Gobierno nacional negocia con Estados Unidos. Lo calificó como un entendimiento “asimétrico, perjudicial y sin beneficios reales para el trabajo y la inversión argentinas”, y sostuvo que Buenos Aires sería la provincia más afectada.
Desde su banca, Pulti planteó que el acuerdo “representa un enorme retroceso” frente a los principales socios comerciales del país y, sobre todo, una cesión unilateral de facultades estratégicas. “El gobierno de Milei propone abrir totalmente el mercado argentino a productos industriales, agrícolas y tecnológicos estadounidenses sin ningún tipo de reciprocidad real. La Argentina se compromete a todo y no recibe nada a cambio. No es integración, es subordinación”, enfatizó.
El diputado remarcó que la Provincia de Buenos Aires no fue consultada pese a que aporta el PBI industrial más robusto del país y concentra la mayor extensión de producción agropecuaria. “Va a ser la más perjudicada, pero no es tenida en cuenta. Es un verdadero atropello”, aseguró. También mencionó que el gobernador Axel Kicillof no fue parte del proceso de diálogo: “No se escuchan sus planteos, ni siquiera se lo convocó”.
Pulti profundizó al señalar que el marco de acuerdo obliga al país a flexibilizar controles y regulaciones fundamentales, incluyendo medidas sanitarias, certificaciones locales y atribuciones propias del Estado. “Quieren que eliminemos controles sanitarios, que aceptemos productos sin certificación y que renunciemos a facultades esenciales. Eso no es modernización, es desmantelamiento”, expresó.
En la Provincia, advirtió, el impacto sería directo sobre sectores como la ganadería, la lechería, la industria manufacturera, la metalmecánica, las PyMEs de base tecnológica y las cadenas de valor vinculadas a recursos naturales. “Las PyMEs van a competir en absoluta desigualdad frente a gigantes globales. Eso no es desarrollo: es desindustrialización”, alertó.
Uno de los puntos más sensibles señalados por el legislador fue el efecto sobre organismos estratégicos como el SENASA. “Vaciar de contenido al SENASA es poner en riesgo la salud alimentaria. Permitir la entrada de productos sin control debilita al Estado y compromete la seguridad de los argentinos”, enfatizó, ubicando la cuestión sanitaria entre los riesgos más graves.
El diputado también se refirió a la posible afectación de empresas públicas como YPF, ARSAT e INVAP. Según explicó, el Acuerdo Marco propone la eliminación de supuestas “distorsiones” generadas por las empresas estatales. “¿Qué significa eso cuando entren en juego intereses extranjeros que puedan condicionar el desarrollo tecnológico y energético del país?”, cuestionó.
En materia de soberanía digital, la preocupación no fue menor. Pulti sostuvo que la transferencia de datos personales hacia Estados Unidos “abre la puerta a que información sensible de millones de argentinos quede bajo regulaciones que no garantizan protección adecuada. Es un retroceso inaceptable en términos de derechos digitales”.
A la falta de reciprocidad económica y a los riesgos regulatorios, sumó un señalamiento político: la ausencia absoluta de debate democrático. “Milei está imponiendo una agenda que no es de los argentinos. Es un programa que debilita al Estado y subordina al país a intereses externos”, afirmó. Subrayó que un acuerdo de esta magnitud no puede firmarse “entre gallos y medianoche, sin debate en el Congreso ni consulta a sectores productivos, sindicatos, universidades o gobiernos provinciales”.
Frente a este escenario, el legislador llamó a “encender todas las alarmas” y exigir un proceso de análisis serio, amplio y participativo. “El Congreso debe abrir un espacio de debate con productores, trabajadores, especialistas y todas las provincias. La Argentina no puede resignar soberanía ni su futuro productivo sin deliberación democrática”, dijo.
Pulti concluyó: “La Provincia de Buenos Aires no va a mirar para otro lado. Vamos a defender la producción, el empleo y la soberanía. Este acuerdo, tal como está planteado, es incompatible con esos valores”.