El anuncio del nuevo acuerdo marco de comercio e inversiones entre Argentina y Estados Unidos desató una inmediata y contundente reacción del Gobierno bonaerense. Los principales funcionarios del gabinete de Axel Kicillof —Augusto Costa y Carlos Bianco— calificaron el entendimiento como “asimétrico, desigual y regresivo”, y alertaron sobre su impacto directo en el entramado productivo de la provincia de Buenos Aires, que concentra casi la mitad de la industria nacional.
La preocupación provincial se centra en lo que consideran un esquema “90/10” a favor de Washington, con exigencias amplias hacia Argentina y compromisos vagos o limitados por parte de Estados Unidos. Para los ministros bonaerenses, el pacto pone en riesgo el empleo, la producción, la soberanía económica y la capacidad de planificación industrial del país.
Costa: “Es una estrategia de subordinación y entrega de soberanía”
El ministro de Producción bonaerense, Augusto Costa, fue categórico al asegurar que el acuerdo “pegará de lleno” en la Provincia, responsable del 48,9% de la producción industrial argentina en 2023.
Costa consideró que el pacto se inscribe en una “política nacional de desindustrialización”, alineada —según dijo— con un programa económico que beneficia a sectores financieros y primarizados, mientras deteriora el empleo fabril. También remarcó que Estados Unidos mantendrá los aranceles al acero y al aluminio, dos cadenas productivas clave para el territorio bonaerense.
El ministro cuestionó además el contexto político del anuncio: se produjo apenas horas después de la exposición del ministro Luis Caputo en la UIA, donde —según Costa— “no mencionó ni una sola vez la palabra industria”. Para el funcionario, el acuerdo forma parte de una “estrategia ruinosa” en un escenario global marcado por la disputa comercial entre Estados Unidos y China, donde Argentina —dijo— quedaría en una posición de mayor vulnerabilidad.
Bianco: “Es el acuerdo más desigual desde el Roca-Runciman”
El ministro de Gobierno provincial, Carlos Bianco, profundizó las críticas y comparó el nuevo framework con el histórico pacto firmado en 1933 entre Argentina y el Reino Unido. “Es el acuerdo económico-comercial más desigual desde el Roca-Runciman”, advirtió.
Según Bianco, el texto establece 15 obligaciones para Argentina y sólo dos para Estados Unidos, replicando un mismo formato enviado por Washington a El Salvador, Ecuador y Guatemala, países sin desarrollo industrial comparable.
En una serie de publicaciones en X, el funcionario señaló: EE.UU. exige la liberalización de sectores que representan cerca del 70% de lo que exporta a la Argentina, incluyendo medicamentos, químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos, vehículos y productos agrícolas.
Lo que ofrece a cambio es impreciso: una apertura para “ciertos recursos naturales indisponibles” e “insumos farmacéuticos no patentados”, sin especificaciones sobre bienes, volúmenes ni criterios.
No se aclara qué productos argentinos —como petróleo, gas, oro, aluminio o commodities agrícolas— podrían entrar en esa categoría.
Los aranceles al acero y al aluminio quedan fuera, preservando barreras que afectan de lleno al aparato industrial nacional.
El acuerdo impone modificaciones regulatorias unilaterales: eliminar licencias, aceptar certificaciones estadounidenses y alinear normas locales a estándares externos.
Todo el proceso se desarrolló sin participación del Congreso, sin estudios de impacto y sin consulta a provincias ni sectores productivos, lo que Bianco calificó como “diplomacia secreta”.
Otro punto que encendió alarmas fue la falta de una versión en castellano del acuerdo, que fue publicado únicamente en inglés. Para Bianco, esto “no es una formalidad, sino un mensaje político sobre quién dicta los términos”.
EE.UU. anunció un acuerdo “amplio” con la Argentina que se perfila como el pacto económico-comercial más desigual y asimétrico firmado desde el Pacto Roca-Runciman. Un esquema 90/10, con 15 obligaciones asumidas por la Argentina y apenas 2 de EE.UU. Hilo 👇 pic.twitter.com/2T420dy5dV
— Carli Bianco (@Carli_Bianco) November 14, 2025
Soberanía en debate y un mensaje hacia la Casa Rosada
El Gobierno bonaerense advierte que el acuerdo no sólo compromete áreas económicas estratégicas, sino que se enmarca en un contexto de creciente influencia de Washington en decisiones internas de Argentina.
Bianco mencionó que Estados Unidos interviene “explícitamente” en la política exterior nacional, determinando a qué foros internacionales asiste o no el Presidente, y calificó este y otros entendimientos como mecanismos que reducen “la libertad de un país para elegir su rumbo”. “Cada compromiso opaco y cada concesión unilateral nos vuelve menos capaces de decidir nuestro destino”, sostuvo.
El pronunciamiento de Costa y Bianco vuelve a tensar la relación entre el gobierno de Kicillof y la Casa Rosada, ya afectada por discrepancias en materia fiscal, coparticipación y políticas productivas.
Para la administración bonaerense, el acuerdo con Estados Unidos amenaza directamente la estructura industrial del país, especialmente la de Buenos Aires, que funciona como motor económico nacional. La Provincia exige frenar el avance del pacto y abrir una discusión profunda —con participación de provincias, empresas, sindicatos y del Congreso— sobre la inserción internacional que Argentina quiere construir: “una que no se dé en términos de subordinación, sino de igualdad”, concluyó Bianco.