Tras los comicios legislativos, el peronismo bonaerense inició un proceso de autocrítica que combina lectura fina de datos, tensiones internas y reproches sobre la estrategia adoptada en los últimos meses. En ese escenario, la postura del diputado nacional electo y referente del Frente Renovador, Sebastián Galmarini, se volvió una de las más comentadas. A través de una publicación en X, buscó bajar la euforia opositora y la ansiedad oficialista, señalando que el resultado “no representó demasiada novedad” en términos de tendencia política.
Chicos, no desesperen ni consuman exitismo. Ni magia. Ni humo.
— Sebastian Galmarini (@SebasGalmarini) October 27, 2025
Ayer no pasó demasiada novedad.
En PBA la “ilusión” fue septiembre. Ahora sucedieron solo efectos mecánicos del sistema electoral: siguió aumentando la polarización y el efecto de segunda vuelta respecto de la…
Galmarini sostuvo que la “ilusión” electoral se había producido en septiembre con la elección desdoblada de la gobernación, y que los resultados de octubre simplemente respondieron a efectos mecánicos del sistema: un incremento de la polarización, un comportamiento de voto alineado a la lógica de segunda vuelta y la ausencia de segmentos del electorado, como los extranjeros, que en la provincia suelen favorecer al peronismo. También destacó el aumento de la participación general, un factor que —a su entender— benefició directamente a La Libertad Avanza. Dentro de ese análisis, recordó además que Diego Santilli obtuvo un resultado legislativo aún mejor en 2021 y, sin embargo, dos años más tarde no logró llegar a la instancia final de la elección presidencial. La comparación apuntó a relativizar lecturas deterministas sobre los triunfos legislativos.
El debate interno sobre el desdoblamiento de elecciones promete mantenerse en el corazón del peronismo hasta 2027. Mientras desde el entorno del gobernador Axel Kicillof insisten en que la estrategia no implicó una pérdida real de votos y que existía el riesgo cierto de “perder todo” si se votaba junto a la boleta nacional de Milei, otras miradas dentro del oficialismo señalan que en septiembre aparecieron frentes menores —como Somos, Hechos y Nuevos Aires— que restaron votos al espacio libertario. Esos competidores no estuvieron en octubre, lo que alimenta la pregunta contrafáctica sobre qué hubiera sucedido si toda esa oferta se concentraba en una misma jornada electoral.
Para Galmarini, una de las claves del retroceso estuvo en la fragmentación del peronismo a través de “listas minoritarias” que calificó como “aventuras”, en contraste con una oferta unificada por parte de LLA. También subrayó la incidencia de las internas en la pérdida de bancas de senadores, calificándolas como “inútiles” en términos electorales y estratégicos. Pese a ello, destacó que el peronismo retuvo las 46 bancas de diputados nacionales que renovaba en esta elección, un dato que relativiza el impacto en términos institucionales.
El diputado electo amplió además la mirada hacia otras provincias y explicó que LLA ganó con claridad allí donde unificó oferta junto a gobernadores del PRO y de la UCR, lo que evidenció —a su juicio— un déficit de estrategia nacional, campaña territorial y recursos dentro del peronismo. También remarcó que, en términos comparativos, el oficialismo libertario realizó una peor elección que las administraciones anteriores en su primera legislativa, y que su crecimiento parlamentario se produjo principalmente a expensas del PRO y de la UCR, lo que desplaza el eje del reordenamiento político dentro de la oposición.
En su análisis, Galmarini remarcó que “recién ahora empieza el gobierno de Javier Milei para una parte de los argentinos”, apuntando directamente contra el discurso oficial de herencia y responsabilización. A partir de este punto, advirtió, la sociedad exigirá resultados concretos en un contexto en el que, según observó, los problemas estructurales del país se mantienen “igual o peor”.
El cierre de su mensaje enfatizó r que, pese a la derrota en el distrito que históricamente define la suerte del peronismo, se abrió una ventana de competitividad de cara a 2027. Sin nombrar liderazgos ni ordenar futuras candidaturas, dejó planteado que el objetivo será reconstruir una mayoría capaz de devolverle “justicia y prosperidad” al país.