La Coalición Cívica, aliada histórica del radicalismo, atravesó una de sus peores elecciones en la provincia de Buenos Aires. La lista encabezada por Juan Manuel López, que contaba con el apoyo formal de la Unión Cívica Radical (UCR), no logró convertir la estructura territorial del centenario partido en votos y quedó muy por debajo de las expectativas.
El espacio buscaba capitalizar la presencia de 27 intendentes radicales en territorio bonaerense, pero los resultados fueron magros. En ninguno de los municipios administrados por la UCR la fuerza alcanzó los primeros lugares, y en la mayoría de los casos quedó por detrás de La Libertad Avanza y Fuerza Patria, que concentraron la preferencia del electorado.
Los desempeños más altos se registraron en Magdalena (7,93%), Ayacucho (4,86%), Rojas (4,39%) y Saladillo (3,25%), aunque sin chances de disputar el liderazgo local. En el resto de los distritos, la Coalición Cívica cosechó porcentajes mínimos, en torno al 1%, con picos de caída en Monte, Tres Lomas y General Lavalle, donde terminó en el décimo lugar.
La lista, integrada también por referentes como Elsa Llenderrosas, Lisandro Hourcade y Román Bouvier, buscaba fortalecer la representación parlamentaria del espacio, pero el resultado terminó siendo una derrota simbólica para el radicalismo bonaerense.
Tras los comicios del 26 de octubre, el partido enfrenta un nuevo desafío interno: redefinir su estrategia política y su rol dentro de la oposición, en un escenario donde su peso territorial ya no garantiza influencia electoral.