
La economía de la provincia de Buenos Aires cerró el tercer trimestre del año con una caída del 1,8%, pese a haber registrado un rebote del 1,5% en septiembre, según los datos del Banco Provincia (Bapro) a través de su indicador PulsoPBA, basado en tecnología de inteligencia artificial. El informe refleja que, aunque hubo una mejora puntual hacia el cierre del trimestre, la actividad aún no logra recuperar los niveles alcanzados en el primer bimestre de 2025, que ya eran bajos.
“La actividad de la Provincia muestra una ralentización, en línea con el comportamiento de la producción a nivel nacional, evidenciando un pico de actividad dentro del año en abril y un crecimiento acumulado en 2025 de apenas 0,5%”, señalaron desde la entidad financiera pública.
El indicador PulsoPBA fue lanzado en agosto con el objetivo de anticipar las variaciones del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que suele publicarse con dos meses de rezago. El sistema combina más de 1.200 variables diarias —relacionadas con consumos, préstamos, exportaciones, pagos y otras transacciones— con datos oficiales, lo que permite ofrecer una proyección temprana del comportamiento económico bonaerense.
Divergencias y cautela en las estimaciones
En agosto, el sistema de inteligencia artificial del Banco Provincia había detectado una fuerte contracción del 2% mensual, aunque los datos privados y las primeras estadísticas del INDEC mostraron un escenario distinto. La consultora Equilibra estimó una suba del 0,5%, mientras que Analytica calculó un leve incremento del 0,1% respecto de julio.
El economista de Equilibra, Gonzalo Carrera, explicó que el indicador bonaerense “es compatible con la dinámica del consumo con tarjetas de crédito”, pero aclaró que esto “no necesariamente se corresponde con las cantidades producidas que mide el INDEC”. Esta diferencia metodológica podría explicar las divergencias observadas entre ambas fuentes.
En tanto, los primeros datos sectoriales oficiales señalaron un repunte en la industria (0,6%) y en la construcción (0,5%), dos de los motores clave de la economía nacional.
Señales de enfriamiento y alerta de recesión
A nivel nacional, las proyecciones coinciden en que la economía entró desde marzo en una etapa de enfriamiento sostenido, sin señales claras de reactivación. La Fundación Capital, que dirige el ex presidente del Banco Central Martín Redrado, advirtió que la caída del PBI del 0,1% en el segundo trimestre y la baja proyectada del 0,8% en el tercero ubican al país “en una recesión técnica”.
La entidad también destacó que, pese al repunte de septiembre, la producción automotriz acumuló una baja del 20% en el trimestre, mientras que la confianza del consumidor y los préstamos personales siguieron retrocediendo. “Esto es particularmente importante, en tanto fue uno de los principales motores de la recuperación de 2024”, remarcó la Fundación.
Factores políticos y expectativas
De cara al último tramo del año, la evolución de la economía dependerá —según los analistas— de factores políticos y financieros claves: el resultado de las elecciones nacionales, las condiciones de gobernabilidad y la implementación del apoyo del Tesoro de Estados Unidos.
Aun con un desempeño débil desde marzo, la Fundación Capital proyecta que el PBI de 2025 podría cerrar con un crecimiento de entre 3,1% y 3,7% anual, impulsado casi exclusivamente por el arrastre estadístico del año anterior y por los primeros meses del actual ejercicio.
El panorama global tampoco resulta alentador. El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su proyección de crecimiento para la Argentina y anticipó una mayor inflación, mientras que el Banco Mundial prevé que el país será el segundo con más crecimiento en América Latina, aunque con fuertes desequilibrios internos y un consumo golpeado por los bajos salarios y la volatilidad de las tasas de interés.
La mejora puntual de septiembre no alcanza para revertir el escenario: la economía bonaerense —y con ella, la nacional— sigue atravesando una fase de desaceleración que amenaza con consolidar un cierre de año sin recuperación real.