
La industria panadera sufre una fuerte crisis desde el inicio del gobierno de Javier Milei, que ya ha provocado el cierre de más de 1.700 panaderías en todo el país, en el último año y medio. Pero la situación parece agravarse aún más, por las constantes subas de los alquileres de los locales y las dificultades para renovar los contratos, según expresaron los representantes del sector.
"En la Comisión Directiva venimos recibiendo numerosas quejas de colegas de toda la provincia, porque están teniendo serios problemas para poder renovar sus contratos de alquiler", explicó Martín Pinto, directivo de la Cámara de Industriales Panaderos de la provincia de Buenos Aires (CIPAN).
"Los dueños de las propiedades se amparan en la derogación de la ley de alquileres, por parte del gobierno nacional, y renuevan con importantes reajustes cada dos o tres meses, sin que nadie los controle", aseguró Pinto.
Por último, el dirigente panadero alertó: "Tenemos una gran pérdida de nuestras fuentes de trabajo, muchas panaderías cerradas y ahora esto se va a multiplicar por los problemas con los alquileres".