
En medio de las gestiones del ministro de Economía, Luis Caputo, en Washington y a pocos días del viaje del presidente Javier Milei a Estados Unidos, el Gobierno argentino dispuso la suspensión transitoria de las retenciones a las exportaciones de acero, aluminio y sus derivados destinadas a países que apliquen aranceles de importación iguales o superiores al 45%.
La medida, establecida a través del decreto 726/2025 publicado este miércoles en el Boletín Oficial, tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre. Si bien la normativa no menciona expresamente a ningún país, el contexto deja en claro que está dirigida a Estados Unidos, luego de que el presidente Donald Trump decidiera elevar los aranceles a las importaciones de esos metales hasta un promedio del 50%, en el marco de su política de mayor protección comercial impulsada desde el pasado 2 de abril, fecha que denominó “Día de la Liberación”.
Estados Unidos es uno de los principales destinos de las exportaciones siderúrgicas argentinas, por lo que la medida apunta a preservar la competitividad del sector frente a las nuevas barreras impuestas por Washington. En un escenario de baja actividad interna, especialmente en la construcción, las exportaciones representan una fuente vital para mantener en funcionamiento la industria metalúrgica local.
El momento elegido para el anuncio no pasó desapercibido para los analistas del comercio exterior. Caputo se encuentra en la capital estadounidense negociando con el Tesoro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de respaldo financiero y político para estabilizar el frente cambiario argentino, mientras que Milei tiene previsto reunirse la próxima semana con Trump en una cumbre bilateral que podría incluir temas comerciales estratégicos.
Fuentes del sector consideran que la eliminación temporal de las retenciones podría formar parte de un gesto político y económico hacia Washington, en un intento por mejorar las relaciones bilaterales en momentos en que el Gobierno argentino busca señales de apoyo externo.
En tanto, desde el ámbito industrial se espera que la medida tenga un efecto inmediato en las exportaciones, aunque persiste la incertidumbre respecto a la política arancelaria de largo plazo. “Es un alivio temporal, pero necesitamos previsibilidad para planificar inversiones y producción”, señalaron referentes del sector siderúrgico.