
Según un estudio realizado por el Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de la Provincia de Buenos Aires junto al Instituto de Política y Gobierno (IPG) de la Universidad Nacional del Noroeste (UNNOBA), hoy se necesitan 65 salarios formales para poder adquirir una vivienda tipo de dos dormitorios en territorio bonaerense.
El relevamiento, correspondiente al primer semestre de 2025, arrojó que el salario promedio formal en la provincia fue de $1.524.216, por lo que acceder a una vivienda promedio implica destinar más de cinco años completos de ingresos, sin considerar gastos adicionales ni intereses. El indicador refleja las serias dificultades que enfrenta la población para alcanzar la vivienda propia, en un contexto de estancamiento salarial y escasas líneas de crédito hipotecario accesible.
Un mercado predominantemente residencial
El informe destaca que el 65% de las operaciones de compraventa corresponde a casas y departamentos, aunque se observa un incremento sostenido en la demanda de terrenos, que ya representa el 21% de las operaciones. Este cambio de tendencia sugiere un interés creciente en la adquisición de lotes en nuevas urbanizaciones y zonas intermedias, donde los costos iniciales son más bajos y se proyecta el desarrollo de vivienda propia a mediano plazo.
“El mercado continúa siendo predominantemente residencial, pero con una clara reorientación hacia el interior provincial y los loteos en expansión”, señala el estudio, que recopila datos obtenidos a través de encuestas a inmobiliarias de los 20 Colegios Departamentales Judiciales de la provincia, además de fuentes oficiales como INDEC, BCRA, AFIP y ARBA.
Alquileres en el límite de la asequibilidad
En cuanto al mercado de alquileres, los departamentos lideran la oferta, seguidos por las casas. Los alquileres temporarios tienen fuerte presencia en las zonas costeras, especialmente en los departamentos judiciales vinculados al turismo.
El valor promedio del alquiler equivale al 36% del salario formal, ubicando a gran parte de los inquilinos en el límite del umbral de asequibilidad recomendado internacionalmente. Esto significa que muchas familias destinan más de un tercio de sus ingresos al pago del alquiler, lo que reduce significativamente su capacidad de ahorro o inversión. El relevamiento también pone en evidencia la alta heterogeneidad regional de la provincia, marcada por distintos modelos económicos y sociales.
En el Conurbano bonaerense y el AMBA, predomina la urbanización y la actividad industrial.
En el interior provincial, la base económica está sostenida por el sector agropecuario y agroindustrial, con ciudades intermedias que crecen como polos estratégicos.
En la costa atlántica y zonas portuarias, el desarrollo se apoya en economías mixtas vinculadas al turismo, la pesca y los polos energéticos.
Pese a las dificultades de acceso, el estudio concluye que el mercado inmobiliario provincial se consolida como un sector en crecimiento, impulsado por una recuperación en la cantidad de escrituras y un aumento del crédito hipotecario desde el segundo semestre de 2024. No obstante, advierte que la accesibilidad y el financiamiento habitacional siguen siendo los grandes desafíos del sector.
El presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos bonaerense, Luis Colao, destacó “el gran trabajo realizado por la UNNOBA” y el compromiso de los profesionales matriculados de los 20 colegios departamentales que aportan los datos para construir los indicadores.
Colao adelantó además que las estadísticas inmobiliarias se publicarán de manera semestral, y subrayó la importancia de contar con información descentralizada:
“Hasta ahora solo se conocían estadísticas sesgadas por su centralidad en CABA. Estos indicadores permitirán contar con datos provinciales y regionales de gran utilidad para el sector. Serán, sin lugar a dudas, una herramienta que brinde certezas a los profesionales para tomar decisiones estratégicas”, sostuvo.
El informe del Colegio de Martilleros y la UNNOBA se posiciona así como una radiografía detallada del acceso a la vivienda en la provincia de Buenos Aires, en un contexto donde la propiedad se vuelve cada vez más lejana para amplios sectores de la población y el alquiler se consolida como única alternativa posible para la mayoría de los bonaerenses.