
La informalidad laboral en la Argentina alcanzó su punto más alto en casi dos décadas. Según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA–Conicet, el 43,2% de los trabajadores del país se encuentra en negro, sin acceso a la seguridad social, ni cobertura médica, ni derechos laborales básicos.
El dato representa un aumento del 1,6% respecto del año pasado, y expone un escenario de creciente precarización bajo la actual administración nacional.
Un fenómeno estructural que golpea más fuerte a los jóvenes
La situación es especialmente crítica entre los jóvenes de 16 a 24 años, donde la informalidad asciende al 63%. Esto implica que casi dos de cada tres personas de esa franja etaria trabajan sin aportes jubilatorios ni derechos laborales.
El informe advierte que este grupo —paradójicamente, el que el oficialismo de La Libertad Avanza dice representar— es el más afectado por la falta de estabilidad y protección en el mercado de trabajo.
Desigualdad y brecha salarial
El estudio del IIEP detalla que los asalariados informales perciben un 44% menos que los trabajadores registrados. Esta brecha de ingresos refuerza las desigualdades estructurales y limita las posibilidades de movilidad social.
Además, el análisis por condición laboral revela que la informalidad entre asalariados es del 37,7%, mientras que entre cuentapropistas trepa al 62,5%.
Educación, sector y territorio: las otras grietas del empleo
El nivel educativo también influye de manera directa:
Entre quienes poseen estudios universitarios, la informalidad baja al 17,1%.
Con secundario completo, asciende al 41,5%.
Y entre quienes no finalizaron la educación media, se dispara al 64,6%.
En cuanto a sectores, el servicio doméstico y la construcción encabezan el ranking con 75,4% de informalidad, seguidos por los servicios financieros (20,9%). En contraste, el sector público presenta una tasa mucho menor, del 9%.
Una radiografía preocupante
El IIEP advirtió que la tasa actual de precarización es la más alta de los últimos 17 años, lo que refleja un deterioro estructural del empleo en la Argentina.
El informe concluye que la persistencia de altos niveles de informalidad no solo limita el acceso a derechos laborales básicos, sino que también erosiona la base contributiva del sistema previsional y agrava la desigualdad social.
“Más de cuatro de cada diez trabajadores viven fuera de la ley laboral, sin estabilidad, sin aportes, y con sueldos que no alcanzan”, sintetiza el documento.