
El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, volvió a encender las alarmas sobre la urgencia de aprobar la ley que crea el Centro Farmacéutico Bonaerense, una sociedad anónima con participación estatal mayoritaria destinada a fabricar, vender y distribuir medicamentos e insumos de salud. La norma, que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados en diciembre de 2024, permanece trabada en el Senado, que recién con la nueva conformación tras el 10 de diciembre podría darle luz verde definitiva.
Desde un acto en el Hospital Gutiérrez de La Plata, acompañado por el dirigente social Juan Grabois, Kreplak planteó un panorama crítico: “Uno de cada cuatro jubilados no puede comprar la medicación que sus médicos les recetan, y eso se traduce en un aumento del 30% en la demanda en las guardias. Han empeorado la vida de nuestros adultos mayores. Las empresas ganan más con menos ventas, por eso el Estado tiene que ponerse adelante”.
La propuesta oficial busca transformar el actual Instituto Biológico Tomás Perón en una empresa pública capaz de escalar la producción de medicamentos a menor costo y con mayor accesibilidad, priorizando el abastecimiento de hospitales y servicios de salud provinciales y municipales. “Vamos a producir más cantidad, a menor costo y garantizar mayor accesibilidad para todos. Tenemos media sanción, esperamos que el Senado acompañe”, insistió el funcionario.
Grabois sumó su respaldo y apeló directamente a la Legislatura: “Mi mensaje es para nuestros legisladores: ayuden a que salga la ley para que se puedan distribuir medicamentos a precios razonables y que los hospitales, las obras sociales y los privados no sean rehenes de cinco laboratorios que nunca pierden nada”. Además, recordó el escándalo del fentanilo adulterado que provocó 89 muertes, para subrayar la necesidad de un control estatal más fuerte.
El camino legislativo y los puntos clave de la ley
El proyecto aprobado en Diputados establece que el 51% del capital social pertenecerá al Estado provincial, mientras que el 49% restante quedará en manos privadas con experiencia en el sector, aunque ningún accionista podrá concentrar más del 10%. La conducción estará a cargo de un Directorio con paridad de género y mandato de tres años.
Entre sus funciones, el Centro podrá fabricar medicamentos, vacunas, insumos odontológicos, equipamiento médico y realizar compras centralizadas para bajar precios. También tendrá la capacidad de investigar, importar y exportar productos, con la meta de fortalecer la soberanía sanitaria.
La media sanción en Diputados fue posible gracias a un acuerdo transversal con sectores de la oposición, que introdujeron cambios como la creación de una comisión bicameral de Seguimiento, Fiscalización y Control. Sin embargo, la iniciativa quedó frenada en el Senado, donde recién podría avanzar en el periodo de extraordinarias con el nuevo quórum de Fuerza Patria.
Un debate que cruza política y salud pública
La discusión sobre el Centro Farmacéutico Bonaerense se da en un contexto de creciente dificultad para acceder a medicamentos, especialmente entre los jubilados, y con el sistema sanitario tensionado por la suba en la demanda de guardias. Para el oficialismo, se trata de una herramienta estratégica para democratizar el acceso y frenar la especulación de los laboratorios.
“En los dos años que nos quedan acompañando al gobernador, queremos hacer de la salud un derecho y de los medicamentos un bien social”, resumió Kreplak. La última palabra, por ahora, la tiene el Senado provincial.