lunes 29 de septiembre de 2025
- Edición Nº2490

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Precarización en alza: la informalidad se expande y se profundiza la pobreza laboral

12:07 |El IIEP alertó que la tasa de asalariados no registrados alcanzó su mayor nivel desde 2008, en un contexto de caída de ingresos reales.



La informalidad laboral en Argentina trepó al 43,2% durante el segundo trimestre de 2025, según el informe Panorama del empleo informal y la pobreza laboral elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), dependiente de la UBA y el CONICET.

Esto significa que más de cuatro de cada diez trabajadores carecen de cobertura legal, impositiva o de seguridad social, un salto de 1,6 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año pasado, cuando la informalidad se ubicaba en 41,6%.

Informalidad por categoría y peso en el mercado laboral

El estudio detalla que, durante abril-junio de este año, la tasa de informalidad entre asalariados fue del 37,7%, entre cuentapropistas del 62,5% y entre patrones del 22,2%. Sin embargo, los asalariados concentran el 63% del total de empleos no registrados, debido a su mayor peso en la estructura general de ocupación (72%).

Este registro representa el nivel más alto de informalidad asalariada desde 2008, con la excepción del pico alcanzado en 2022. Para los especialistas, el dato refleja un deterioro estructural que se acentúa en el marco del programa económico del gobierno de Javier Milei, caracterizado por la flexibilización del mercado de trabajo, la recesión y la caída de los ingresos reales.

Jóvenes y mujeres, los más afectados

La informalidad golpea con mayor dureza a los sectores más vulnerables. Entre los jóvenes de 16 a 24 años alcanza al 63%, es decir, seis de cada diez trabajadores de este grupo carecen de registro, 21 puntos por encima del promedio nacional.
El informe remarca que se trata de una de las principales dificultades de inserción laboral para este sector etario, junto con la inestabilidad y la baja remuneración.

En términos de género, la tasa de informalidad también es más alta en las mujeres. En el primer trimestre del año, se registró un 43,2% de empleo no registrado entre trabajadoras frente al 41,1% de los varones. Aun así, debido a la mayor participación masculina en el empleo total (56%), los hombres concentran el 55% de la informalidad global.

Diferencias regionales y sectoriales

Las disparidades territoriales marcan otro aspecto relevante. Regiones como el Noroeste, Cuyo y el Nordeste presentan niveles de informalidad superiores al 48%, mientras que el Gran Buenos Aires, la región Pampeana y la Patagonia se ubican por debajo del promedio nacional. En el sur del país, los aglomerados muestran los registros más bajos, desde un 18% en Ushuaia–Río Grande hasta un 32% en Viedma–Carmen de Patagones.

En cuanto a ramas de actividad, la informalidad alcanza cifras críticas en sectores como la construcción y el servicio doméstico, donde llega al 75,4%. Allí se concentra gran parte de los trabajadores y trabajadoras con menor nivel educativo: más del 25% de los hombres con secundaria incompleta se emplean en la construcción, y cerca del 32% de las mujeres en casas particulares.

Informalidad y pobreza: una relación directa

El vínculo entre precariedad e indigencia es directo. El 42% de los trabajadores informales vive en hogares pobres, contra el 12% de los formales. Además, el 40% de los ocupados sin registro percibe ingresos inferiores al valor de la canasta básica individual, mientras que esa proporción baja al 5% entre los registrados.

“Estas cifras muestran que tener un puesto de trabajo en Argentina no es un reaseguro para vivir fuera de la pobreza”, advierte el documento del EDIL.

La situación de Argentina se ubica en un punto intermedio en América Latina: mientras Chile, Costa Rica y Brasil tienen tasas de informalidad de entre 24% y 32%, países como Ecuador y Paraguay rondan el 60%.

El desafío, según los especialistas del IIEP, es revertir una tendencia que, con excepciones coyunturales, se mantiene elevada desde hace casi dos décadas. La expansión del empleo no registrado en el marco de las políticas de ajuste y desregulación del gobierno actual acentúa las dificultades para generar trabajo de calidad y garantizar condiciones laborales dignas.

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