viernes 26 de septiembre de 2025
- Edición Nº2487

País

expectativa vs realidad

La pobreza cayó en las estadísticas, no en los bolsillos

15:40 |El oficialismo celebra un descenso de 21 puntos en un año, aunque expertos señalan que gran parte del “milagro” responde a cambios metodológicos. El riesgo inflacionario tras las elecciones podría revertir la tendencia.



La publicación de los datos oficiales de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre de 2025 despertó tanto optimismo como controversias. Según el INDEC, la pobreza alcanzó al 31,6% de la población y la indigencia al 6,9%, cifras que representan una baja de 21,3 y 11,2 puntos porcentuales respectivamente frente al mismo período de 2024

La magnitud del descenso resulta llamativa: en apenas un año, la pobreza habría retrocedido a niveles similares a los de 2017, después de haber rozado el 53% en la primera mitad de 2024.

Sin embargo, economistas y académicos de distintas instituciones como CEPA (Centro de Economía Política Argentina) , el observatorio de la UCA, y otras consultoras  advierten que detrás de esta mejora estadística existen problemas metodológicos y cambios en los instrumentos de medición que invitan a relativizar el diagnóstico.

La “trampa” de la canasta: subestimación de los servicios

Uno de los principales reparos apunta a la Canasta Básica Total (CBT), referencia utilizada para determinar la línea de pobreza. El INDEC sigue basando su cálculo en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2004/05, cuando ya se encuentra disponible la de 2017/18. Esto genera un desfasaje clave: en la estructura actual de consumo, los servicios públicos y el transporte han ganado un peso mucho mayor que hace dos décadas, y además han aumentado por encima de los alimentos.

Al no actualizarse ese cambio, la CBT resulta artificialmente baja. Así, más hogares aparecen como “no pobres” porque sus ingresos superan la línea de pobreza, aunque en la práctica no logren cubrir el costo real de vida

Ingresos: mejoras estadísticas más que reales

Otro punto controvertido es el rol de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que desde fines de 2023 mejoró la captación de ingresos, en especial de los no laborales e informales. Como explicó el investigador del Observatorio de la UCA Agustín Salvia, esto no implica que los hogares hayan visto un salto en su poder adquisitivo, sino que ahora el relevamiento refleja mejor esos ingresos.

La consultora Equilibra fue más allá: aplicando correcciones por subdeclaración de ingresos y actualizando la CBT, estimó que la pobreza en el semestre octubre 2024 – marzo 2025 fue en realidad del 43,3%, es decir, casi 9 puntos por encima de la oficial (34,7%)

Esta corrección muestra una trayectoria más estable y cercana a la de fines de 2022, en lugar de la caída abrupta que reflejan las estadísticas oficiales.

Factores que explican la baja

Más allá de las controversias, hubo variables concretas que colaboraron con la reducción de la pobreza en el primer semestre de 2025:

Inflación de alimentos más baja: promedió 2,5% mensual, muy por debajo del 9,4% del primer semestre de 2024. Esto moderó el crecimiento de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y, en consecuencia, de la CBT.

Mejor desempeño de algunos ingresos: los salarios no registrados (captados con mayor precisión por la EPH) y el RIPTE crecieron en términos reales, aunque el salario mínimo vital y móvil siguió perdiendo terreno.

Transferencias sociales: la AUH mejoró 6,4 puntos porcentuales en términos reales, aunque otros programas como la Tarjeta Alimentar y los planes sociales profundizaron su deterioro al quedar congelados en montos nominales.

Jubilaciones: la mínima con bono recuperó parcialmente terreno frente a 2024, pero aún se encuentra 14,9 puntos por debajo del nivel de 2023

Trabajadores pobres y la mediana salarial

La comparación entre la mediana salarial y la CBT expone otra cara del problema. Mientras a fines de 2017 el salario medio superaba a la canasta en 12 puntos porcentuales, en 2019 cayó por debajo en 11,3. Con la actual administración, la relación llegó al piso histórico de 74,1% en marzo de 2024 y recién en junio de 2025 se ubicó en 96,9%, sin llegar a cubrir totalmente el costo de la CBT

Esto sugiere que una parte significativa de los trabajadores registrados continúa en situación de vulnerabilidad.

Riesgos y proyecciones para el segundo semestre

El escenario hacia adelante plantea más incertidumbres que certezas. El REM del Banco Central anticipa un desanclaje inflacionario después de las elecciones legislativas, con la posibilidad de un salto del tipo de cambio para acumular reservas y afrontar pagos de deuda externa.

Un movimiento brusco del dólar tendría un impacto inmediato en los alimentos y, en consecuencia, en la pobreza y la indigencia. A eso se suma el deterioro esperado del salario mínimo, la fragilidad del RIPTE tras mostrar signos de agotamiento, y el congelamiento de la Tarjeta Alimentar, los planes sociales y la jubilación mínima con bono

El balance del primer semestre de 2025 muestra un contraste entre la fotografía oficial, que exhibe una baja drástica de la pobreza, y los análisis alternativos que señalan que buena parte de esa mejora se debe a ajustes metodológicos y no a un repunte real del poder adquisitivo.

El segundo semestre se perfila más desafiante: si el tipo de cambio se ajusta y la inflación vuelve a escalar, el frágil alivio estadístico podría revertirse con rapidez. En ese caso, las cifras de pobreza podrían retomar la tendencia ascendente y poner en cuestión uno de los principales logros que el Gobierno exhibe en materia social.
 

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