martes 09 de septiembre de 2025
- Edición Nº2470

Provincia

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Escatología y desprecio: el lenguaje de La Libertad Avanza tras la derrota en PBA

12:31 |El lenguaje soez se instaló como síntoma de un debate político degradado tras el revés electoral.



La derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires dejó una estela de declaraciones que no solo reflejan frustración política, sino también un patrón de desprecio hacia el electorado, pese a la llamada a la autocrítica de los violetas, que también resultó en nada. Prueba de ello fueron las expresiones del economista liberal Miguel Boggiano, uno de los analistas cercanos al espacio libertario, quien publicó un mensaje en la red social X que sintetiza esta mirada: “No hay caso. La gente de La Matanza ama cagar en un tacho y caminar en calles de barro”.

 

 

La frase, cargada de expresiones escatológicas, se suma a una serie de intervenciones que distintos voceros del oficialismo libertario vienen repitiendo desde el revés electoral bonaerense. En lugar de una autocrítica política, la estrategia se inclina a culpabilizar al votante, pintándolo como conformista o ignorante, y en este caso, apelando al agravio más visceral.
El patrón discursivo: insultar al votante

Lo llamativo no es solo el exabrupto de Boggiano, sino la reiteración de un registro escatológico que varios funcionarios y voceros libertarios vienen utilizando tras los comicios. 
La operación es clara: desplazar la discusión del fracaso electoral hacia una supuesta “culpa del votante”, retratado como incapaz de aspirar a mejores condiciones de vida o, peor aún, como alguien que prefiere la precariedad.
Por si esto fuera poco, a estas metáforas se le agregan otras que esgrimen permanente discriminación y racismo, como el caso del productor y socio de Alejandro Fantino, y actual candidato a Diputado Nacional por LLA, conocido como “Tronco”:  "El peronismo eran los 25 monos sin dientes que tiraban piedras", aseguró este nefasto personaje, quien afirmó al aire: "El peronismo me chupa el orto", en el marco del cierre de la campaña violeta en PBA.

En este marco, el lenguaje soez no aparece como un desliz, sino como parte de una narrativa de confrontación permanente. Se busca reforzar la idea de que quienes no votaron a La Libertad Avanza son responsables de su propio padecimiento, al tiempo que se legitima la falta de políticas públicas en esos territorios.


La réplica de Galmarini: cloacas, abandono y odio

La ex titular de AySA y electa senadora bonaerense, Malena Galmarini, respondió de manera contundente: “A la gente de La Matanza no le gusta cagar en un tacho, pero tampoco le gusta que la caguen los fachos, señor! Lejos de querer, USTEDES los obligan! La Matanza tiene la mitad del territorio con cloacas y para la otra mitad se estaba construyendo la Planta Depuradora Laferrere que USTEDES dejaron abandonada! Increíble el odio que destilás!”.

 

 

La respuesta de Galmarini, además de confrontar el tono agresivo del comentario de Boggiano, buscó exponer una contradicción central: el uso del déficit de infraestructura como arma de estigmatización hacia los sectores populares, cuando en los hechos el propio gobierno libertario paralizó obras claves como la planta de Laferrere a partir de las políticas de motosierra, con el recorte de la obra pública en el país, o bien la desaparición de fondos históricos para obras en barrios populares como el FISU.

Párrafo aparte  y en análisis de los discursos para abordar el pulso político de estos tiempos, la escatología vuelve a aparecer como un arma en contra del Gobierno Nacional. Así también aparece en la vereda opuesta, aunque con un sentido diferente: el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, utilizando una metáfora que rápidamente cobró repercusión: “Hay muchos que son paloma de iglesia, ya no se sienten leones y terminamos siendo cagados los fieles. Pasamos de héroes a villanos”, haciendo referencia a la forma en que el Gobierno Nacional trató a dirigentes y aliados provinciales: “Digo paloma de iglesia porque se encargó su gobierno y la gente que está alrededor de él, no todos, de cagar a los fieles”.
En este caso, la escatología no se dirige a los ciudadanos, sino que funciona como recurso de denuncia contra el poder central, intentando evidenciar el destrato hacia las provincias. El contraste es revelador: mientras desde el oficialismo libertario el insulto se usa para responsabilizar al votante, en Sáenz aparece como metáfora de traición y abandono por parte del Gobierno Nacional.

Entre la bronca y la estrategia

El problema de fondo es que este tipo de intervenciones no solo profundizan la grieta, sino que envenenan el vínculo entre representantes y representados. En lugar de abrir un debate serio sobre infraestructura, servicios públicos o desigualdades territoriales, se recurre a la caricatura ofensiva que lejos está de la tan propugnada autocrítica que una vez más desde el oficialismo nacional, queda en nada..

El cruce entre Boggiano y Galmarini exhibe, en definitiva, dos modelos opuestos: el de la descalificación violenta, que convierte a los ciudadanos en objeto de burla, y el de la respuesta política que intenta señalar responsabilidades de gestión. El resultado de esa tensión marcará, en buena medida, el tono de la discusión pública en la posderrota libertaria.
 

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